jueves, 29 de octubre de 2009

Especial: El Diablo en el cine.

Durante siglos, la figura del Diablo ha sido eje del temor en Occidente. Temor a la represalia de las fuerzas religiosas, temor a la oscuridad, temor a la tentación y, en definitiva, temor ancestral que no necesita motivo. Cuestiones de orden moral, religioso y artístico implican que la presencia del Diablo haya sido tratada con cuidado similar al dispensado con otros personajes paradigmáticos (la Muerte, Dios, etc.). Esto obviamente representó una dificultad para todos aquellos directores que han intentado retratarlo de la manera más fidedigna posible en la pantalla grande, lo que decantó en que la encarnación del mal haya sido personificada de todas las maneras imaginables. En el siguiente artículo, intentaré dar una mirada lo más completa posible a la amplia gama de cine demoníaco que ha sido filmado desde los inicios del cine.

El surgimiento del Diablo cinematográfico en Europa:

El Diablo cinematográfico nacería en Francia, país que anteriormente había manifestado su interés en el Príncipe de la Tinieblas a través de un sinnúmero de obras literarias, como por ejemplo “Le Diable amoureux”, del escritor Jacques Cazotte. Sería el director Georges Méliès quien a fines del siglo XIX, utilizaría la figura iconográficamente reconocible de Mefistófeles (es decir, el individuo con bigotes y cejas puntiagudas, cuernos y porte aristocrático) en los cortos “The Devil´s Manor” (1896), “The Devil´s Castle” (1897), y “Le Cabinet de Méphistophélés” (1897), entre otros. En la década del diez, el Diablo volvería a surgir en el cine, esta vez en medio de la fiebre italiana por las superproducciones épico-históricas, algo que se extendería hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Una de las obras más recordadas de la época sería “L´Inferno” (1911), de los directores Giuseppe de Liguero, Francesco Bertolini y Adolfo Padovan, la cual era una adaptación de “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri.


En otros países como Rusia, directores como Wladislas Starewicz presentarían a figuras demoniacas en cortos como; “Strashnaya Mest” (1912) y “Noch Pered Rozhdestvom” (1913), mientras que Yakov Protazanov filmaba “Satana Likuyushchiy” (1917), en la cual Satanás intenta tentar a un pastor y su familia. Sin embargo, es probablemente en Alemania donde se realizaría una mayor cantidad de cintas centradas en el Diablo. Es así como nosotros nos encontramos con films como “Unheimliche Geschichten” (1919), del director Richard Oswald, en el cual aparece el Diablo y la Muerte como figuras simbólicas que se encargan de relatar las cinco historias de terror y suspenso que componen la cinta; “Satanas” (1919), una película de F. W. Murnau que actualmente se encuentra perdida, donde el Diablo busca recuperar la luz perdida tras su caída con la ayuda de un humano que puede transmutar el mal en bien. El actor encargado de personificar a Satanás en dicho film, Conrad Veidt, nuevamente interpretaría dicho rol en el film, “Kurfürstendamm” (1920), del director Richard Oswald, donde en esta ocasión el Señor de las tinieblas decide bajar a un pueblo del cual provienen la mayoría de las almas que van a parar al infierno.

F. W. Murnau por otro lado, retomaría el tema del Diablo en la más famosa adaptación cinematográfica de la obra de Johann Wolfgang von Goethe, “Fausto”, la cual sería titulada “Faust: Eine Deutsche Volkssage” (1926). Esta historia es probablemente uno de los relatos relacionados con el Diablo que más veces ha sido adaptado. Anteriormente, el ya mencionado Georges Méliès había filmado “Faust et Margueritte” (1897) y “La Damnation De Faust” (1898). Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, el director J. Searle Dawley había filmado “Faust” (1909), y Dell Henderson había realizado la cinta “Faust and the Lily” (1913). Durante la década del sesenta, aparecería una nueva adaptación del relato titulada, “Doctor Faustus” (1967), la cual estaría dirigida por Richard Burton y Neville Coghill. Entre algunas de las películas actuales que retoman el mito de Fausto, se encuentran: “Faust” (1994), de Jan Svankmajer; “Faust: Love of the Dammed” (2000), de Brian Yuzna; y “Fausto 5.0” (2001), de Álex Ollé, Isidro Ortiz y Carlos Padrisa. Finalmente, me queda destacar dos cintas realizadas por directores daneses durante la década del veinte; “Blade af Satan Bog” (1921), de Carl Theodor Dreyer; y “Häxan” (1922), de Benjamin Christensen. Mientras en la primera se muestran los intentos de Satanás por agradar a Dios, en la segunda se indaga el mito del satanismo y la brujería durante la Edad Media.


La llegada del Diablo al cine norteamericano y su evolución hasta la década de los cincuenta:

Antes de realizar su debut cinematográfico en tierras estadounidenses, el Señor de las Tinieblas llamaría la atención del público gracias a la obra de Broadway, “Az Ördög” (1907). Gracias al éxito de esta obra, el director D. W. Griffith filmaría una adaptación titulada, “The Devil” (1908). Durante los años siguientes, surgirían diferentes adaptaciones de la obra con el mismo nombre, como por ejemplo la filmada en 1915 por Thomas H. Ince y Reginald Barrer, y otra realizada en 1921 por James Young. Más tarde, el cine norteamericano mostraría cierto interés en la obra de Dante Alighieri, lo que se plasmaría en las cintas “Dante´s Inferno” (1924), de Henry Otto, donde el Diablo es personificado por el actor de color Noble Johnson; y una sonora “Dante´s Inferno” (1935), del director Harry Lachman. Durante la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos utilizarían la figura de Satán en algunas cintas propagandistas. Por ejemplo, en “To Hell With the Kaiser!” (1918) de George Irving, se ve como el Káiser Guillermo marcha al infierno, mientras que en “Restitution” (1918), de Howard Gaye, se muestra al Diablo aliándose con el Káiser, solo para ser derrotado por Jesús. Esta visión del Diablo como un integrante del bando enemigo, se repetiría en algunas de las cintas hollywoodenses realizadas durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante los años treinta, la fuerte crisis económica por la que pasaba la sociedad norteamericana, y la necesidad de esta de escapar por un momento de la realidad, influiría en que la figura de Lucifer comenzara a ser objeto de representaciones más soliviantadas y diversas que en las décadas anteriores. Fue así como se realizaron por ejemplos algunos cortos sonoros como “The Devil´s Parade” (1930) o “The Devil´s Cabaret” (1930), que mostraban a Satán como el eje de pintorescos números musicales ambientados en el averno. De la misma forma, la fábrica de cortos cómicos de Hollywood representaría al Maligno en la figura de dictadores europeos como en “I´ll Never Heil Again” (1941), el cual es un memorable corto de los Tres Chiflados, o en “The Devil With Hitler” (1942), de Gordon Douglas, en el cual si el Diablo no logra que Adolf Hitler realice una buena acción, su puesto le será entregado inmediatamente al Führer. Al mismo tiempo, algunas seriales tomarían algunos de los diversos nombres del Señor de las Tinieblas para nombrar a sus personajes principales, hecho que sucedería en “Mysterious Doctor Satan” (1940), y en “Dick Tracy vs. Crime Inc” (1942), donde el villano de turno se llamaría Lucifer. La industria hollywoodense durante este periodo, también nos mostró a Diablos agresivos y místicos, en cintas como “The Blood of Jesus” (1941) y “Going to Glory, Come to Jesus” (1947), de los directores Spencer Williams y T. Meyer respectivamente.

Durante este periodo, también se realizaría una adaptación de la historia corta de Stephen Vincent Benet, “The Devil and Daniel Webster”, la cual sería dirigida por William Dieterle en 1941, y donde el Diablo ocuparía el nombre del Sr. Scratch, el cual es sacado de las leyendas folklóricas de Nueva Inglaterra. Tratándose de una tradicional historia de pacto diabólico pero ambientada en las crédulas zonas rurales, el filme nos muestra a la encarnación de Lucifer como un alegre y vivaz alborotador que no solo es visible sino que interactúa normalmente con sus vecinos del pueblo. Ya en la década del cincuenta, la Guerra Fría y las circunstancias de bipolarización del mundo, provocarían una nueva oleada de demonización cinematográfica. Diversos retratos del Diablo pueden ser vistos en cintas como la delirante “Glen or Glenda” (1953), de Ed Wood; “The Undead” (1957), de Roger Corman; “The Story of Mankind” (1957), de Irwin Allen, donde Vincent Price interpreta al Sr. Scratch, quien se ve involucrado en un juicio celestial que definirá el destino de la Humanidad.

El reencanto europeo con las figuras demoníacas y la explotación del Diablo como figura comercial:

Aunque durante un par de años en Europa la figura de Diablo dejó de llamar la atención del público, la verdad es que este continuó apareciendo en diversos films. En “La Main Du Diable” (1941), de Maurice Tourneur, la cual es una adaptación de la novela homónima de Gérard de Nerval, un pintor fracasado consigue un talismán que le da amor, fama y salud. Sin embargo, como nada es gratis en este mundo, luego de un año Lucifer llega a la Tierra en busca de lo que es suyo. Por otro lado en “La Beauté du Diable” (1950), el director René Clair desarrolló su propia versión de la historia de Fausto. Federico Fellini por su parte, filmaría el segmento “Toby Dammit”, perteneciente a la cinta “Histoires Extraordinaires” (1967), el cual cuenta con una premisa similar a las dos cintas antes mencionadas. Una visión distinta del mito del Diablo, sería ofrecida por “Quatermass and the Pit” (1967), film realizado por la compañía inglesa Hammer Films. En dicha cinta, el Demonio es reconocido como una figura extraterrestre tras una examinación científica llevada a cabo por el protagonista de la historia. La Hammer luego estrenaría el film, “The Devil Rides Out” (1968), el cual trataba el tema del ocultismo y la invocación del demonio. Al año siguiente, se estrenaría uno de los grandes clásicos del cine demoníaco; “Rosemary´s Baby” (1968), del director Roman Polanski. En dicha cinta, el Diablo es una fuerza más bien invisible, el cual utiliza a una serie de personas para cumplir su objetivo.

Sería en la década de los setenta cuando finalmente el Diablo se convertiría en sinónimo de éxito económico para la industria cinematográfica. El estreno de “The Exorcist” (1973), del director William Friedkin, sentaría las bases de cómo debía ser contada una historia de posesión demoníaca, además de desatar un fiebre por las películas de este tipo. Mientras que “The Exorcist” contaría con dos secuelas y una precuela, las cuales serían filmadas a través de los años, en Europa fueron estrenadas cintas bastante similares como “Lisa and the Devil” (1975), del director Mario Bava; “To the Devil a Daughter” (1976), de Peter Sykes; y “Seytan” (1974), la versión turca del film de Friedkin. Antes de terminar la década de los setenta, sería estrenada “The Omen” (1976), de Richard Donner, otros de los grandes clásicos del género, la cual contaría con tres secuelas y un remake realizado en el 2006. A esta se le sumarían un sinnúmero de cintas demoníacas, entre las que se encuentran “La Plus Longue Nuit du Diable” (1972), de Jean Brismee; “Inquisición” (1976) y “Exorcismo” (1975), ambas protagonizadas por Paul Naschy; “Die Liebesbriefe Einer Portugiesiche Monne” (1977), de Jesús Franco; “The Evil” (1978), de Gus Trikonis; y “The Sentinel” (1977), de Michael Winner, entre otras.

En muchas de estas cintas, la influencia del Mal se deja sentir a través de sectas satánicas, brujas malditas o que maldicen, jóvenes posesos y indicios sobre situaciones apocalípticas. En la década de los ochenta, figuras demoníacas seguirían apareciendo en cintas de diversos géneros. Dentro del género del terror podemos encontrar films como “Jaws of Satan” (1981), “Play Dead” (1986), “Satan´s Mistress” (1982), “Fear No Evil” (1981), y “Night Train to Terror” (1985), entre otras, donde en esta última el director Gregg G. Tallas propone un encuentro entre Dios y el Diablo, en el que discuten el destino de las personas que protagonizan las tres historias que conforman la cinta. El cine también ofrece una imagen del Señor de la Oscuridad para el público juvenil, como lo que sucede con “Legend” (1985), de Ridley Scott. Por último, el Diablo también aparecerá en la controversial historia de detectives, “Angel Heart” (1987), del director Alan Parker; y en la también controversial “The Last Tempation of Christ” (1988), de Martin Scorsese, en la que Lucifer convence a un Jesús agonizante de bajar de la cruz y vivir una vida normal.


El Diablo en el cine latinoamericano:

En México, un país católico pero también eminentemente receptor de lo sobrenatural, el Diablo ha tenido distinto tipos de representaciones a lo largo de los años. En la infantil “Santa Claus” (1958), es el enemigo natural del protagonista, en tanto que en la cándida pero profunda “Macario” (1960), de Roberto Gavaldón, el Diablo es una de las tres figuras paradigmáticas, a la par de Dios y la Muerte, que tratan de comerse el guajolote (o pavo) que el protagonista se lleva al solitario campo. En “Jesús, Nuestro Señor” (1970), de Miguel Zacarías, es Jesús quien se opone a Satanás, mientras que en la alucinante “Alucarda, La Hija De Las Tinieblas” (1975), de Juan López Moctezuma, se combina la concepción gótica mexicana con influencias europeas de De Sade y Le Fanu. Durante ese mismo periodo, Enrique Rocha interpretaría al tentador Luzbel ante una monja en “Satánico Pandemonium” (1973), de Gilberto Martínez Solares. El cine norteamericano, tomando nota de esta simpatía de Lucifer por el país azteca, la refleja en el filme independiente, “Judgement Day” (1988), de Ferde Grofé Jr., en la cual Satanás se apresta realizar su visita anual al pueblito mexicano de Santana en busca de almas humanas.

Por otra parte, durante la década de los cincuenta el Diablo se instala oficialmente en el cine argentino. Antes, había sido un personaje gravitante en “El Regreso” (1950), de Leopoldo Torres Ríos donde Satanás le cede un permiso especial a un alma para regresar a la Tierra durante unas horas y comprobar el destino de la mujer que amó. Durante los setenta, a través de la corriente de indagación de mitos folklóricos propios, es que surgen films interesantes como “El Familiar” (1972), de Octavio Getino, que en un tono alegórico se dedica a plantear fuertes críticas sociales de orden político, entablando el paralelismo entre la figura del "Familiar" (el Diablo según la tradición norteña) y el imperialismo y los militares. Una versión más moderada de ese argumento la realiza Luis Saslavsky con “Fausto Criollo” (1979), la cual está basada en la obra homónima de Estanislao Del Campo. Sin embargo, es en “Nazareno Cruz y El Lobo” (1975), de Leonardo Favio, que se consigue la gran personificación del Diablo en el cine argentino. Conocido aquí como "el Poderoso" y encarnado por Alfredo Alcón, su personaje se eleva sobre un filme de logros irregulares. Alcón también encarna a una especie de Fausto en “El Agujero en la Pared” (1982), de David José Kohon, donde Mario Alarcón encarna a un simpático y picaresco Diablo conocido como "Mefi".


El Diablo en el cine actual:

Durante los años noventa en adelante, seguirían estrenándose películas en las que el Señor de las Tinieblas participa como protagonista, o como personaje secundario. En cintas como “Needful Things” (1993), “El Día de la Bestia” (1995), “Eko Eko Azaraku” (1995), “The Prophecy” (1995), “The Devil´s Advocate” (1997), y “End of Days” (1999), entre otras, el Diablo aparece en todas las formas imaginables, aunque generalmente se camuflándose bajo una apariencia humana. Las temáticas van desde el intento de Lucifer por desatar el infierno en la Tierra, hasta la sencilla captura de almas con las cuales pretende engrosar su colección. En los últimos años, han aparecido pocas propuestas originales como por ejemplo “Constantine” (2005), del director Francis Lawrence, la cual si bien no está centrada en el Diablo, este realiza una interesante aparición en la historia. Además se ha realizado una serie de remakes de algunos clásicos del género, como el ya mencionado “The Omen” (2006), o el de la comedia “Bedazzled” (2000), por citar algunos. Evidentemente es imposible citar todas las cintas que hacen alusión a la figura del Diablo o a sus seguidores. Constantemente están siendo realizados films de todos los géneros que involucran al Señor de las Tinieblas. Mientras esperamos que la industria cinematográfica mundial nos sorprenda con alguna nueva joya del cine demoníaco, solo nos queda revisar algunos de los grandes clásicos que alguna vez presentaron al Diablo entre sus filas.



por Fantomas.

lunes, 26 de octubre de 2009

Joe Dante: La accidentada carrera en Hollywood de un director ligado al género fantástico.

Joseph James “Joe” Dante, nació el 28 de noviembre de 1946, en Morristown, New Jersey. Aunque él originalmente quería convertirse en un caricaturista cuando ingresó a la escuela de arte, eventualmente terminó interesándose por el mundo del cine. La verdad es que Dante siempre había sido un cinéfilo, lo que lo había llevado a escribir reseñas para la revista Castle of Frankenstein a principios de los sesenta, y en el Film Bulletin, desde 1969 a 1974. Su primera cinta, la cual realizó junto a su amigo Jon Davison, consistía en una maratón de imágenes de siete horas, la cual estaba compuesta por una serie de clips de películas, comerciales y trailers, la cual sería titulada como, “The Movie Orgy” (1968). Posteriormente, Dante ingresaría al negocio del cine a través de la compañía de Roger Corman, New World Pictures, lugar en el cual él estaría a cargo de editar los trailers. Luego de un tiempo, comenzaría a editar las cintas, y eventualmente tendría la oportunidad de co-dirigir junto a Allan Arkush el film, “Hollywood Boulevard” (1976), el cual era una parodia de las películas de bajo presupuesto. Aunque las condiciones no eran las mejores, el trabajar junto a Corman le otorgó a Dante la posibilidad de aprender bastante acerca del proceso de filmación de una película.

La primera cinta en solitario como director de Dante, y su primera colaboración con el guionista John Sayles, seria la cinta de terror, “Piranha” (1978). Aunque el film podría ser considerado como una suerte de homenaje/plagio de “Jaws” (1978), la verdad es que la película es un producto divertido e inteligente, en el cual se evidencia uno de los motivos recurrentes del cine del director, donde este señala al ejército como el responsable de todo el caos existente en la historia. Dante volvería a trabajar junto a Sayles en la cinta de hombres lobo, “The Howling” (1981), la cual construyó los cimientos de la fama del director. Al igual que “An American Werewolf in London” (1981), de John Landis, la cinta de Dante presentaba un estupendo trabajo de efectos especiales, y una historia de terror mezclada con dosis de humor negro. Al igual que muchos de los trabajos del director, los eventos que se ven en la televisión dentro del film, reflejan y comentan algunos acontecimientos que suceden durante el transcurso de la historia. En esta ocasión por ejemplo, una escena en la cual un personaje es víctima de un hombre lobo, es intercalada con un dibujo animado que refleja la situación de la víctima (algo similar ocurre también de "Piranha").


El éxito de “The Howling” posicionó a Dante como un director talentoso, el cual era capaz de manejar complejos efectos especiales y contar una buena historia, al mismo tiempo que imprimía su visión personal acerca del material que estaba manejando. Impresionado por el trabajo de Dante en “The Howling”, Steven Spielberg lo contrató para dirigir uno de los segmentos de “Twilight Zone: The Movie” (1983), comenzando lo que sería una relación laboral algo esporádica con el director/productor, que duraría alrededor de veinte años. Pese a realizar un buen trabajo en dicho film, lamentablemente la producción se vio opacada por la controversia que causó un serio accidente que ocurrió durante la filmación del segmento que le correspondía a John Landis. Inspirado en el episodio de la serie original titulado, “It´s a Good Life”, el segmento de Dante demuestra su particular sentido del humor y su imaginería visual, además de posicionar nuevamente a la televisión como un elemento importante dentro de la historia. Probablemente, el segmento del director en esta cinta es por lejos uno de sus trabajos más subvalorados.

Su próximo film, “Gremlins” (1984), sigue siendo el trabajo más importante de Dante hasta la fecha. Con unas buenas dosis de humor, una banda sonora de Jerry Goldsmith, y una historia repleta de imaginación, el director realiza una cinta completamente irreverente y anárquica. Sin embargo, junto con el éxito de “Gremlins”, también se desataría una controversia debido a la violencia del film, en particular la presentada en la famosa escena de la cocina en la cual un gremlin explota en un microondas y otro es asesinado en una licuadora. El siguiente film de Dante sería, “Explorers” (1985), el cual presenta algunas similitudes con las cintas de la primera etapa del director Steven Spielberg, aunque siempre bajo el particular punto de vista de Dante. Aunque la cinta presentaba una premisa interesante y una estupenda banda sonora de Jerry Goldsmith, lamentablemente su guión tenía una serie de problemas los que se sumaron a un complicado calendario de producción. Dante no quedaría contento con el resultado, y al momento de su estreno, la cinta sería duramente criticada y tendría pésimos resultados de taquilla.

Luego del fracaso comercial y artístico de “Explorers”, Dante dirigiría la comedía de ciencia ficción, “Innerspace” (1987), donde nuevamente haría equipo con Steven Spielberg. Pese a que el proyecto tenía todo para ser un éxito de taquilla, una mala decisión de los ejecutivos de la Warner terminaría perjudicando el resultado del film. Debido a la buena recepción que había tenido la cinta en una de las exhibiciones previas a su estreno oficial, los ejecutivos pensaron que la mejor manera de promocionar la película sería a través del “boca en boca”. Debido a esto, invirtieron menos dinero en publicidad del que tenían pensado, dando como resultado que el film fuese un fracaso de taquilla. Pese a los resultados obtenidos por esta cinta, Dante la suele mencionar como uno de sus trabajos favoritos. El próximo trabajo del director sería en la comedía de antologías, “Amazon Women on the Moon” (1987), donde estaría a cargo de varios de los segmentos de dicho film. Debido al temor de quedar encasillado como un director de cine fantástico (algo que eventualmente sucedería de todas formas), Dante dirigiría “The ´burbs” (1989), donde realizaba una mirada cómica a la mentalidad suburbana del pueblo de Hinckley Hills, donde un grupo de vecinos liderados por Ray Peterson (Tom Hanks), sospechan que sus nuevos vecinos, los Klopecs, son un grupo de asesinos.

Luego de rechazar varias ofertas para dirigir una secuela de los “Gremlins”, Dante finalmente accedió a una propuesta realizada por la Warner, debido principalmente al hecho de que el estudio le cedió una completa libertad creativa. En la que probablemente es una de las secuelas más bizarras y alocadas de la historia del cine, “Gremlins 2: The New Batch” (1990), Dante no solo realiza una parodia del film original, sino que también inserta algunos elementos propios de la cultura popular, como por ejemplo algunas referencias a otras cintas o a algunos dibujos animados clásicos. La verdad es que esta secuela terminó confundiendo a un buen número de espectadores, debido a que el director en vez de repetir la fórmula de la cinta original, optó por realizar un film más experimental, el cual obviamente no dejó a todos satisfechos, cosa que se terminó reflejando en las ganancias obtenidas por la cinta. Este nuevo fracaso, en gran medida marcaría el declive en la carrera del director. Tras dirigir cinco episodios de la serie de televisión “Eerie Indiana” (1991-1992), Joe Dante probaría suerte con una cinta más personal titulada “Matinee” (1993).

En “Matinee”, Dante demuestra su pasión por las cintas clásicas de bajo presupuesto, en especial por aquellas filmadas por William Castle, y por el ritual que precede al visionado de una película en particular. El protagonista, interpretado por John Goodman, es precisamente un director muy similar a Castle (conocido por su utilización de “gimmicks” o trucos publicitarios), el cual en plena crisis de los misiles cubanos, decide estrenar una cinta que pone en práctica toda clase de efectos especiales en la sala de cine, aprovechándose del ambiente de histeria general reinante en la sociedad norteamericana de la época. En muchos sentidos, “Matinee” no hace más que evocar la magia de las películas, la misma que termina arrastrando a niños y adultos a las salas de cine para evadirse por un momento de los horrores de la vida real. Durante los cinco años siguientes, Dante trabajaría en la televisión, dirigiendo algunos episodios de diversas series, y filmando tres telefilmes titulados; “Runaway Daughters” (1994), “The Second Civil War” (1997), y “The Warlord: Battle for the Galaxy” (1998).

En 1998, Dante filmaría la cinta de ciencia ficción, “Small Soldiers”, la cual si bien por momentos presenta algunos elementos de sus antiguos trabajos, no logra estar a la altura de sus cintas más celebradas. Pese a las similitudes que esta cinta presenta con la exitosa, “Toy Story” (1995), no logró cautivar a las audiencias en gran medida debido a su cínica mirada acerca de la comercialización de los juguetes y la forma en como estos son fabricados. Además, la cinta realiza una fuerte crítica contra el ejército, retratando a los soldados como hombres de mentalidad cerrada que solo saben actuar cuando se les ordena, siendo incapaces de tomar sus propias decisiones. Pasarían tres años antes de que Dante nuevamente ocupara la silla del director, esta vez en una serie de televisión de corte similar a la clásica “Twilight Zone”, titulada “Night Visions” (2001). El 2003 filmaría el corto, “Haunted Lighthouse”, y el largometraje, “Looney Tunes: Back in Action”, el cual si bien no es un completo fiasco, si está bastante lejos de presentar la calidad de los primeros trabajos del director.

Durante los últimos cuatro años, Dante prácticamente solo ha trabajado en televisión filmando un par de episodios para la serie “Masters of Horror”, titulados: “The Screwfly Solution” y “Homecoming”, y un episodio para la serie, “CSI: NY”. Su último largometraje, “The Hole” (2009), es un thriller que ha recibido una serie de críticas positivas lo que obviamente es una buena noticia. Durante su carrera, algunos interesantes proyectos como “Everybody Hates the Phone Company”, el cual se centraba en un famoso hacker; o “Termite Terrace”, una cinta que relataría los primeros días del equipo encargado de realizar los dibujos animados de la Warner, la cual estaba basada en un libro de Chuck Jones, fueron cancelados abruptamente. Pese a todo, Joe Dante sigue siendo considerado como uno de los grandes directores del cine fantástico, el cual durante sus inicios nos brindó un par de películas inolvidables que han envejecido increíblemente bien, manteniendo su capacidad de sorprender, aterrar y cautivar al espectador por partes iguales. Solo nos queda esperar que el director retome el camino, y nos sorprenda en un futuro con nuevas joyas del cine fantástico.





por Fantomas.

sábado, 24 de octubre de 2009

Series de Televisión: "The Sixth Sense", los peligros que debe enfrentar un investigador de lo paranormal.

“The Sixth Sense” (1972), fue una serie creada por Anthony Lawrence, un talentoso guionista de cine y televisión que había contribuido con algunas historias para el drama hospitalario, “Ben Casey” (1961-66), y con dos notables episodios de la serie, “The Outer Limits” (1963-65): “The Man Who Was Never Born” y “The Children of Spider Country”. Además de contar con la presencia de Lawrence, “The Sixth Sense” contó con la participación del productor Stan Shpetner. La idea original para la serie surgió de un proyecto llamado, “Sweet, Sweet Rachel” (1971), el cual fue un exitoso telefilme escrito por Lawrence y producido por Shpetner. Protagonizado por Alex Dreier, el telefilme se centraba en un experto en percepción extrasensorial y parapsicología, que debía ayudar a tres mujeres en su lucha contra un asesino telépata. La cinta de noventa minutos de duración, contaría con la participación de John Hillerman, Mark Tapscott, y Louise Latham, quienes posteriormente trabajarían como estrellas invitadas en “The Sixth Sense”.

Más allá de encargarse de los guiones de los dos primeros episodios de la nueva serie de la ABC, los cuales se titularían: “I Do Not Belong to the Human World” y “The Heart That Wouldn´t Stay Buried”, Lawrence solo se dedicaría a aportar algunas ideas para el resto de las historias que presentaría esta breve serie televisiva. Sería Shpetner quien tomaría las riendas del show, contratando a dos reconocidos editores: Harlan Ellison y Dorothy Fontana. Durante un tiempo, estos talentosos escritores trabajarían junto a otros reconocidos guionistas de televisión, como por ejemplo Gene Coon, Don Ingalls, y Robert Collins, desarrollando interesantes historias que formarían parte de la primera temporada de la serie. Sin embargo, el tenso ambiente laboral dado por las imposiciones de los ejecutivos, terminaría con la paciencia de Ellison. Por esta razón, antes de que el primer episodio de “The Sixth Sense” fuera emitido, Ellison presentó su renuncia. Con todos estos problemas que estaban dificultando el trabajo tras las cámaras, el productor decidió que era mejor reemplazar a Alex Dreier por el actor Gary Collins, quien interpretaría a un nuevo especialista en experiencias paranormales llamado Michael Rhodes.


Collins llegaría a la serie mostrando un marcado entusiasmo. El comenzaría a estudiar acerca de distintos temas relacionados con la percepción extrasensorial, con el fin de imprimirle realismo a su personaje, y a las increíbles historias que la serie presentaba. Con Collins interpretando al carismático protagonista, la ABC anunció la futura emisión de “The Sixth Sense” como: “una serie de una hora de duración que explorará la percepción extrasensorial”. El show sería emitido los domingos a las 10:00 PM, y relataría los encuentros del Dr. Michael Rhodes, con diversas personas (por lo general hermosas mujeres) que habían experimentado una experiencia paranormal, y que necesitaban su guía para poder comprenderla. Para el protagonista, el “sexto sentido” era un don bastante real, cuya existencia apoyaba con citas de Sigmund Freud y otros reconocidos investigadores que validaban su existencia. Como el mismo Rhodes dijera en el episodio “Once Upon a Chilling”; “la verdadera ciencia no puede negar la existencia de las cosas solo porque no pueden ser pesadas o medidas”. Dicha afirmación se convertiría en una suerte de mantra de la serie, ya que seria mencionada frecuentemente durante el transcurso de “The Sixth Sense”.

Durante su primera temporada, “The Sixth Sense” tuvo que enfrentarse a “Missión: Impossible” (1966-73), de la CBS; y al drama de detectives de la NBC, “Banyon” (1972-73). Pese a la dura competencia, “The Sixth Sense” logró sobrevivir en gran medida gracias al trabajo de directores como Richard Donner, John Badham, y Jeff Corey, y la participación de reconocidas estrellas invitadas como John Saxon (“Lady, Lady, Take my Life”), William Shatner (“Can a Dead Men Strike From the Grave?”), Joseph Campanella (“The Man Who Died at Three and Nine”), Lee Majors (“With This Ring, I Thee Kill”), Steve Forrest (“Echo of Distant Scream”), Henry Silva (“The Shadow in the Well”), y Carol Lynley (“The House That Cried Murder”), entre otros. Durante el otoño de 1972, “The Sixth Sense” fue renovada dando paso a trece nuevos episodios. Una de las principales razones por las cuales la serie consiguió ser renovada, fue por haber conseguido que la estrella cinematográfica Joan Crawford participara en el segundo episodio de la segunda temporada titulado, “Dear Joan: We´re Going to Scare You to Death”.

Durante la segunda temporada, Michael Rhodes ya no contaría con la ayuda de su asistente Nancy Murphy (Catherine Ferrar), la cual sería reemplazada por el Sargento Woody, interpretado por Percy Rodrigues. Por otro lado, la lista de estrellas invitadas mantuvo la misma calidad durante la segunda temporada, presentando las participaciones de Patt Duke y Robert Foxworth en “With Affection, Jack the Ripper”, Jeanette Nolan en “Witness Within”, Sandra Dee en “Through a Flame, Darkly”, y un joven Scott Glen en “And Scream by the Light of the Moon”. Pese al atractivo de las estrellas invitadas, y a las espeluznantes “visiones psíquicas” que habitaban en cada episodio, “The Sixth Sense” presentaba una tendencia a la repetición de ciertos elementos que tornaron las tramas algo planas y predecibles. Debido a los malos resultados de audiencia durante su segunda temporada, la serie fue cancelada en noviembre de 1972. Pese a esto, la carrera del protagonista de la serie, Gary Collins, continuó sin problemas en la televisión,

Lamentablemente, “The Sixth Sense”, tendría un oscuro futuro. En 1974, la Universal consideró que tanto la serie de Rod Serling, “Night Gallery” (1970-73), como “The Sixth Sense”, no contaban con la suficiente cantidad de episodios como para tener éxito siendo transmitidas por sindicación. Con el temor de perder la inversión hecha en estas dos costosas series, la Universal recontrató a Rod Serling para que este presentara las historias de “The Sixth Sense”, como si se tratara de episodios de “Night Gallery”. Debido a esto, la serie creada por Anthony Lawrence terminó perdiendo los créditos iniciales, su tema central, y fue reducida a treinta minutos de duración, sepultando casi por completo cualquier evidencia de su existencia. “The Sixth Sense”, fue una serie interesante que presentaba un misterio semanal relacionado con casas embrujadas, sueños premonitorios, fantasmas, o poderes psíquicos. Lamentable la poca imaginación de los ejecutivos, terminaron por restringir las temáticas de una serie que presentaba un tremendo potencial, y que hoy permanece en el más completo olvido.



por Fantomas.

martes, 20 de octubre de 2009

Peter Cushing: El gran caballero del cine fantástico.

Peter Wilton Cushing, nació el 26 de mayo de 1913 en Kenley, Surrey, y desde pequeño parecía estar destinado a convertirse en actor. Su abuelo habia sido miembro de la prestigiosa compañia teatral Sir Henry Irving Company, y su tio Wilton había sido actor y manager teatral. Aunque durante su educación escolar Cushing ingresaría a la grupo de arte dramático de su colegio, también muestra cierto interés es diversas actividades deportivas como el atletismo y el rugby. Sin embargo, tras sufrir numerosas lesiones, comenzaría a centrarse en el teatro. Era tal su compromiso con la actividad, que incluso después de dejar la escuela, siguió participando en las funciones que organizaba la compañia del establecimiento. En su búsqueda por convertirse en un actor profesional, Cushing se inscribe en la Guidhall School of Music and Drama, tras lo cual trabaja durante un breve periodo en la compañia del director Bill Fraser. Lamentablemente, la década del treinta resulto ser una época difícil para la escena teatral, debido a la llegada del cine sonoro. Como Cushing estaba consciente que Hollywood era el lugar perfecto para consolidar su carrera como actor, decide ir a probar suerte a los Estados Unidos.

En 1938, Cushing llega a Nueva York, para luego tomar rumbo a Los Ángeles. Lamentablemente, el actor no tardará en darse cuenta que en Hollywood poco sirve su experiencia en el teatro, y solo gracias a un pequeño engaño lograría entrar a la industria cinematográfica norteamericana. Cuando supo que el director James Whale estaba buscando a alguien para reemplazar a Louis Hayward en las escenas de esgrima de la cinta, “The Man in the Iron Mask” (1939), Cushing le aseguró que dominaba perfectamente el arte de la esgrima, cuando realmente no tenía la más remota idea de ello. La próxima película en la que trabajaría el actor sería, “A Chump at Oxford” (1940), la cual es protagonizada por Stan Laurel y Oliver Hardy. En dicho film, Cushing obtendría un pequeño papel que le daría la oportunidad de interactuar con la pareja protagónica. Dicho rol era el de un estudiante bromista, lo calzaba con la personalidad de Cushing, quien siempre gozó de un excelente sentido del humor. De hecho, según Barbara Shelley, el actor imitaba perfectamente a los personajes animados de la Warner Bros, especialmente a quien era su personaje favorito; el gato Silvestre.


El resto de su papeles en Hollywood serían en general roles secundarios, donde frecuentemente interpretaba a militares. Algunas de las cintas en las que participaría durante este periodo serían; “Vigil in the Night” (1940), “The Howards of Virginia” (1940), y “They Dare no Love” (1941), entre otras. La Segunda Guerra Mundial comenzaría mientras Cushing se encontraba en Hollywood, y Gran Bretaña necesitaba a todos sus hombres para combatir a los nazis. Sin embargo, debido a sus lesiones de juventud, Cushing sería dado de baja para el servicio activo. Aproblemado por la situación, decide regresar a Inglaterra para ayudar en lo posible a subsanar la situación que se vive en su país natal. La travesía de regreso no sería sencilla; su amigo Louis Hayward le costearía el viaje de regreso a Nueva York, lugar donde tendría que aceptar diversos trabajos para conseguir dinero para cruzar a Canadá y luego viajar a Inglaterra. Una vez en Canadá, Cushing consigue empleo como en el departamento de arte de la cinta, “The 49th Parallel” (1941).

Una vez conseguido el dinero, Cushing pagará un viaje en barco, el cual estará cargado de tensión debido a la presencia de submarinos alemanes repartidos por todo el Atlántico. De regreso en Inglaterra, se ofrece para trabajar en el departamento de drama del Entertainments National Service Association (ENSA), organismo que se encargaba de ofrecer diversos espectáculos tanto a los civiles como a los militares, los cuales les ayudaran a distraerse de los horrores de la guerra. Durante su participación en el ENSA, Cushing conoce a la actriz Helen Beck, quien también había permanecido un tiempo en Hollywood intentando consolidar su carrera actoral. La atracción fue inmediata, por lo que en 1943 contrajeron matrimonio con el ruido de los bombarderos como música de fondo. Hasta el final de la guerra, el matrimonió participaría en numerosas obras teatrales que intentaban aliviar a la sufrida sociedad inglesa.

Ya para 1945, Cushing comienza a encabezar algunas obras. El prestigio obtenido por el actor durante la guerra, comienza a llamar la atención de Laurence Olivier, quien le ofrecerá a Cushing un papel secundario en el film que él iba a dirigir; “Hamlet” (1948). Aunque la cinta tiene éxito, Cushing vuelve al teatro donde pasaría a formar parte de la compañia teatral de Olivier y su esposa Vivien Leigh. Sería a principios de los cincuenta, que Cushing retornaría a la pantalla grande, siempre interpretando pequeños roles en cintas como “Moulin Rouge” (1952), “The Black Knight” (1954), “The End of the Affair” (1955), “Alexander the Great” (1956), y “Magic Fire” (1955). Si bien el actor tendría más ofertas para participar en el cine, optaría por centrar su atención en el medio televisivo. Su primera aparición en la televisión sería en el telefilme, “When We Are Married” (1951). A esta le seguirían varias apariciones televisivas más, donde se destacaría su participación en la series “Pride and Prejudice” (1952), “Epitaph for a Spy” (1953), y “BBC Sunday-Night Theatre” (1951-57), donde en esta última participaría en un episodio que adaptaria la novela de George Orwell, “1984”, el cual convertiría a Cushing en una de las estrellas de la televisión británica.

Tras filmar “Time Without Pity” (1957), Cushing recibiría una oferta para interpretar al doctor Frankenstein en “The Curse of Frankenstein” (1957), una nueva adaptación de la novela de Mary Shelley, que iba a ser realizada por los estudios Hammer. Esta sería la primera colaboración del actor con la Hammer, la cual se extendería durante más de dos décadas. En este film además tendría la oportunidad de trabajar junto a Christopher Lee, con quien formaría una de las duplas más icónicas del cine fantástico. La verdad es que Cushing ya había coincidido con Lee en “Moulin Rouge” y “Hamlet”, aunque no habían compartido escena. Junto con esto, el actor entablaría una profunda amista con el director de la película, Terence Fisher. Gracias al enorme éxito de “The Curse of Frankenstein”, la popularidad de Cushing traspasó las barreras del Reino Unido. El actor interpretaría en cinco ocasiones más al Dr. Frankenstein, en las cintas; “The Revenge of Frankenstein” (1958), “The Evil of Frankenstein” (1964), “Frankenstein Created Woman” (1967), “Frankenstein Must Be Destroyed” (1969), y “Frankenstein and the Monster From Hell” (1974).

Otro de los personajes más recordados de Cushing sería el del Profesor Van Helsing, el cual encarnaría por primera vez en la cinta, “Dracula” (1958), y luego repetiría en “The Brides of Dracula” (1960), “Dracula A.D. 1972” (1972), “The Satanic Rites of Dracula” (1973), y en “The Legend of the 7 Golden Vampires” (1974). El tercer gran personaje de Cushing sería el de Sherlock Holmes, el cual interpretaría en “The Hound of Baskerville” (1959); en la serie de televisión, “Sherlock Holmes” (1968); y en el telefilme, “The Mask of Death” (1984). En esta última, Cushing compartiría pantalla con Sir John Mills, quien según confesó hace algunos años, fue él quien convenció al actor de participar en la producción cuyo único fin era rendir homenaje a la figura de Cushing.

Aunque evidentemente fueron estos tres personajes los grandes responsables de la fama de Cushing, el actor interpretó una gran variedad de papeles tanto dentro como fuera de la Hammer, durante las décadas del sesenta y el setenta. Luego de filmar “The Curse of Frankenstein”, el actor participaria en “The Abominable Snowman” (1957) y “The Mummy” (1959), las cuales también serían producidas por la casa del martillo. La década del sesenta comenzaría con la cinta de terror, “The Flesh and the Fiends” (1960), del director John Gilling, y con el thriller, “Suspect” (1960), de John y Roy Boulting. En general, durante la primera mitad de los sesenta, Cushing participarían en películas de diversos géneros, como las cintas de aventuras “Captain Clegg” (1962) y “Sword of Sherwood Forest” (1960); y los thrillers “Cash on Demand” (1961) y “The Man Who Finally Died” (1963), aunque seguiría teniendo cierta preferencia por las cintas de terror, donde destaca el clásico de la Hammer, “The Gorgon” (1964).

Durante la segunda mitad de los sesenta, Cushing comenzaría una fructífera relación laboral que duraría alrededor de una década, con el estudio que competiría con la Hammer; la humilde Amicus. De las diez películas que filmó para dicho estudio, las más destacables son “Dr. Terror´s House of Horrors” (1965), “The Skull” (1965), “Asylum” (1972), “From Beyond the Grave” (1973), y “The Beast Must Die” (1974). Además durante este periodo, el actor tendría la oportunidad de participar en una serie de películas de ciencia ficción, como por ejemplo: “Island of Terror” (1966), “Night of the Big Heat” (1967), “Dr Who and the Daleks” (1965), y “Daleks´Invasion Earth: 2150 A.D.” (1966), donde en las dos últimas interpretaría al ya mítico Dr. Who. La década del setenta comenzaría con la bizarra, “Scream and Scream Again” (1970), donde tendría la oportunidad de trabajar por primera vez junto a Vincent Price, con quien luego trabajaría en “Dr. Phibes Rises Again” (1972), “Madhouse” (1974), y en la mítica “House of the Long Shadows” (1983), donde además intervienen Christopher Lee y John Carradine, por lo que es considerada como una verdadera joya para los fanáticos de cine de terror.

Lamentablemente, en 1971 fallecería su esposa Helen Beck, con quien había estado casado desde 1943. Esto lo obligaría a dejar la producción de “Blood from the Mummy´s Tomb” (1971), y en cierta medida marcaría el comienzo del declive de la carrera del actor. Al año siguiente, Cushing declararía en una entrevista, “Desde que Helen falleció, no puedo encontrar nada; mi corazón, simplemente ha dejado de latir. El tiempo parece interminable, la soledad es prácticamente insoportable y la única cosa que me mantiene vivo, es el saber que algún día me reuniré con mi querida Helen. El reunirme con ella es mi única ambición. Tu tienes permiso para publicar eso....sabes, la verdad es que solo estoy matando el tiempo. Por favor publica eso”. Fue tal el impacto que provocó la muerte de Helen Beck en la vida del actor, que incluso intentó suicidarse la misma noche que supo la noticia, corriendo por las escaleras para así inducirse un infarto cardíaco.


Durante gran parte de la década de los setenta, Cushing se dedicaría a trabajar en cintas de bajo presupuesto que no causaron un gran impacto en las audiencias de la época. Sus cintas más recordadas durante ese periodo serían; “The Vampire Lovers” (1970), “Twins of Evil” (1971), y “Pánico en el Transiberiano” (1972). Sin embargo, la participación que más trascendería en el tiempo, sería la que Cushing tendría en el film de George Lucas, “Star Wars Episode IV: A New Hope” (1977). En dicha cinta interpretaría al siniestro Moff Tarkin, aunque en un principio había sido considerado para interpretar a Obi-Wan Kenobi. Durante la última etapa de su carrera, Cushing participó en una serie de películas mediocres como “At The Earth´s Core” (1976) y “Misterio en la Isla de los Monstruos” (1980), donde de todas formas siempre dió lo mejor de sí mismo. Según el actor, el secreto de sus interpretaciones obedecía a un planteamiento bastante sencillo: "Yo creo en los personajes que represento y en los extraños y extraordinarios líos que organizan". Sin ser un gran aficionado al género fantástico, siempre se sintió orgulloso de todas las películas del género en las que intervino, debido a que estaba consciente de que su popularidad se debía precisamente a esas películas. De hecho, el actor solía decir: "¿Quién quiere verme como Hamlet? Muy pocos. Pero millones de personas quieren verme como el Barón Frankenstein, entonces ese es el que hago".

Además de la muerte de su mujer, el cierre de la Hammer, su segunda casa según declaraciones propias, y la muerte de su amigo Terence Fisher en 1980, supuso un duro golpe para el actor, el cual se retiraría definitivamente de la pantalla grande en 1985 con la mediocre, "Biggles". Durante los ochenta, Cushing fue reduciendo su trabajo como actor, tras serle diagnosticado un cáncer, aunque aprovechó su retiro para escribir una autobiografía de dos volúmenes (uno de ellos relata sus días en la Hammer), recaudar fondos para la investigación sobre la enfermedad que padecía, y disfrutar con la lectura, la observación de pájaros y la pintura. En este último aspecto cabe destacar la publicación en los años noventa de los libros, "Peter Cushing's Tudor Tea Room Profiles", que es una recopilación de caricaturas dibujadas por el actor, y "The Bois Saga", un cuento de fantasía escrito e ilustrado por él. En 1988, la Reina Isabel II le otorgó la Órden del Imperio Británico "por su contribución al entretenimiento internacional", galardón del que siempre se mostró muy orgulloso.

Pero el mejor premio para Cushing eran las numerosas cartas que seguía recibiendo por parte de los aficionados, muchas de las cuales se las enviaban sin dirección, pero que debido a su popularidad, el servicio de correos británico sabía donde remitirlas. Esto lo relataba el actor en un documental que Kevin Francis, hijo de Freddie Francis, rodó en homenaje a su amigo. Es este documental el mejor testamento que nos dejó Peter Cushing, quien se muestra ante todo como un caballero, y en el cual nos contaba que tan sólo le quedaba un sueño por cumplir, volver a reunirse con su mujer Helen y su buen amigo Terry Fisher. Sueño que vio cumplido por fin el 11 agosto de 1994, cuando Peter Cushing falleció víctima del cancer en Canterbury, dejándonos para el recuerdo algunas de las mejores interpretaciones del cine fantástico. Como dijo George Lucas: “Creo que será recordado con cariño durante los próximos 350 años, como mínimo”, afirmación con la que no puedo estar más de acuerdo.








por Fantomas.

sábado, 17 de octubre de 2009

Kenneth Anger: Sexo, drogas y satanismo.

Kenneth Anger, cuyo verdadero nombre es Kenneth Wilbur Anglemeyer, nació el 3 de febrero de 1927, en Santa Mónica, California. La iniciación de Anger en el cine comenzó a muy temprana edad. Su abuela era vestuarista en Hollywood, lo que le dió la oportunidad de cambiar identidades años antes de entrar al colegio. Durante ese mismo periodo, supuestamente él sería seleccionado para actuar en la cinta “A Midsummer Night´s Dream” (1935), del director Max Reinhardt, lo que aumentaría aún más su interés por plasmar historias propias en la pantalla grande. Además su familia comenzaría a coleccionar objetos relacionados con la industria hollywoodense, lo que terminaría empujándolo a grabar sus propias cintas. Mientras estaba en el colegio, Anger comenzó a interesarse en el trabajo de Aleister Crowley, un novelista, pintor, y poeta, conocido por su interés en lo oculto. La relación entre Crowley y Anger pasaría a ser un elemento importante dentro del trabajo del director: Anger declararía ser un discípulo de Crowley, razón por la cual este terminaría insertando imágenes del ocultista en los momentos claves de muchas de sus cintas. Sin embargo, es pertinente mencionar que el trabajo del director no necesariamente gira en torno a la figura de Crowley, sino que era uno de los tantos elementos que constituyen su obra, como por ejemplo su relación de amor/odio con la industría hollywoodense.

Entre 1937 y 1946, Anger filmaría alrededor de 7 films, de los que en la actualidad no se tiene registro alguno (su primer corto sería “Ferdinand The Bull”, y lo filmaría a los 10 años de edad). “Fireworks” (1947), sería la primera de las cintas del director en ser distribuida, la cual sería realizada por este cuando tenía 17 años, filmándola en solo tres días. Inesperadamente poderoso y perturbardor, el film sería alabado por el actor y director Jean Cocteau, entre otros. Según Anger, su cinta era “una declaración de sus sentimientos acerca de la violencia y una cierta clase de masculinidad. Además es un ensayo acerca del mito que rodeaba a los marinos en norteamérica. En ese entonces, los marinos eran una especie de símbolo sexual en distintos niveles, existiendo una cierta ambivalencia y hostilidad hacia su figura”. “Fireworks” es conocida por una obra bizarra, repleta de violentas imágenes de mutilación, simbolismos, y otros elementos, ambientados en un escenario completamente onírico.


Tras realizar “Escape Episode” (1947) y “Puce Moment” (1949), Anger filmaría en Paris otra de sus obras más recordadas; “Rabbit´s Moon” (1950). La historia se centra en Pierrot (André Soubeyran), quien intenta atraer a Columbine (Nadice Valence) ofreciéndole la luna. Columbine rechaza el regalo, e intenta fugarse con Harlequín (Claude Revenant). Pierrot sería construido pensando en la carta del tonto, perteneciente al tarot de Crowley, la cual representa a un hombre con una inspiración divina en terminos artísticos, pero que se desenvuelve con torpeza en sus actividades cotidianas. Aunque la cinta fue filmada en 1950, durante los setenta se crearon dos versiones con distintas bandas sonoras, donde la de 1972 presenta una banda sonora compuesta por canciones pop de los cincuenta y sesenta, mientras que la de 1979 presenta la canción “It Came in the Night”, de la banda británica A Raincoat.

Su próxima cinta, “Eaux d´artifice” (1953), sería una suerte de continuación de “Fireworks”, donde nuevamente Anger exhibe su inclinación a escoger escenarios oníricos como vehículos para expresar sus ideas. En esta ocasión, vemos como una mujer se mueve a través de un jardín lleno de fuentes de agua, donde las imágenes se mueven sincronizadamente con la banda sonora compuesta por música de Vivaldi. Anger utilizó a una enana con el fin de que las fuentes de agua se vieran más grandes de lo que realmente eran. Al igual que el protagonista de “Fireworks”, la mujer de esta cinta se encuentra en una suerte de viaje iniciático que la llevará a descubrir su verdadera naturaleza (lo que queda simbolizado con su supuesta fusión con el agua). Luego de completar “Eaux d´artifice”, Anger comenzaría a trabajar en proyectos más extensos, donde cambiaría los escenarios oníricos por unos más místicos, el monocromo por el color, y donde contaría con elencos mucho más numerosos.

“Inauguration of the Pleasure Dome” (1954), describe una serie de rituales propios del ocultismo, realizados por diversas figuras mitológicas y ficticias, que van desde Diosa griega Isis, hasta Cesare del “Cabinet of Dr, Caligari” (1920). A medida que la historia progresa, los personajes comienzan a intoxicarse con las pociones mágicas que manejan, razón por la cual algunos años después, el film sería objeto de estudio debido al tema del uso de drogas como el LSD. Según Anger, la idea central de esta cinta se originó luego de que fuera invitado a una fiesta de Halloween cuya única regla era vestir disfraces que pudieran proyectar la “locura” de los cada uno de los asistentes. Muchos de los invitados a la fiesta, terminarían recreando algunos personajes en la cinta, como por ejemplo Anais Nin y Curtis Harrington, quienes interpretarían a Isis y Cesare respectivamente.

El estreno de “Scorpio Rising” (1964), consiguió que la obra de Anger comenzara a ser el centro de interés de un sinnúmero de espectadores, lo que sin duda resultaba curioso teniendo en consideración la clase de cintas filmadas por el director, y su calidad de realizador independiente. El film presenta a los motociclistas como una secta que presenta un estilo de vestimenta particular y sus propios rituales. Es así como Anger muestra lo que para él, son acciones propias de los rituales secretos de los motociclistas; su trabajo en los talleres mecánicos, el consumo de anfetaminas, y la celebración de fiestas con ciertos tintes homosexuales. Sobre esto último, Anger declaró en una ocasión: “Esa es la forma en como yo veo todo. Es mi punto de vista del mundo. Soy un artista. En esta cinta yo simplemente estoy entregando un version de un determinado fenómeno. Por esta razón no veo al film como un discurso acerca de la homosexualidad, sino que como un discurso acerca de la humanidad”. Tan importante como las imágenes y los múltiples simbolismos que hacen referencia a la muerte, el fascismo, y los ídolos de Hollywood, resulta ser la banda sonora compuesta por canciones de rock. Además de marcar una atmósfera específica, las letras de las canciones que componen la banda sonora pueden ser vistas como comentarios irónicos acerca de las imágenes que van apareciendo ante nosotros.

En 1959, Anger publicó en Francia el libro, “Hollywood Babylon”. Pasarían más de 15 años antes de que el libro fuese publicado en los Estados Unidos, el cual terminó desviando la atención hacia la ambivalente actitud que el controvertido director tenía hacia el ambiente hollywoodense. En su interior, el libro contenía detalles de los más sórdidos escándalos de muchos famosos y otros no tan famosos, que poblaron Hollywood entre 1900 y 1960. Además el libro contenía una serie de imágenes bastante gráficas, como la del accidente automovilístico que terminó con la vida de la actriz Jayne Mansfield. Para Anger, Hollywood no era más que la capital del paganismo, un lugar donde era común la adoración de falsos ídolos, desde el momento en el que aparecían en la pantalla grande. El libro es responsable de gran parte de los mitos urbanos que rodean a algunas de las figuras del cine mudo, como por ejemplo aquel que señala que la actriz Clara Bow se acostó con todo el equipo de fútbol americano USC Trojans, o aquel que señala que los actores Ramón Novarro y Rudolph Valentino mantenian una relación homosexual.

La próxima cinta de Anger sería, “Kustom Kar Kommandos” (1965), es una suerte de respuesta a “Scorpio Rising”. Mientras que esta última era una mirada al violento mundo de las bandas de motociclistas de Brooklyn, “Kustom Kar Kommandos” es un homenaje a los autos clásicos y a los hombres que los retocaban. Probablemente, este film presenta una mayor cantidad de erotismo que el anterior trabajo del director, donde nuevamente se evidencian algunos tintes homosexuales. Aparentemente, Anger se inspiró en los comerciales de la General Motors emitido durante los cincuenta y los sesenta. “Invocation of My Demon Brother” (1969) por otra parte, como muchos de los trabajos de Anger, es un fragmento de un proyecto más grande que el director nunca pudo completar. En este caso, la fuente de las escenas que componen esta cinta, corresponde a la filmación fallida de “Lucifer Rising”, la cual contaba con el músico y futuro miembro de la familia Manson, Bobby Beausoleil, como su protagonista. El film contiene una serie de elementos que lo convierten en algo realmente especial, como por ejemplo el uso de drogas, un albino, un ritual pagano, escenas de la Guerra de Vietnam, parte de un concierto de los Rolling Stones, y una serie de imágenes abstractas. Todo esto sería rodado a distintas velocidadaes, y estaría acompañado por una banda sonora repetitiva que se le acredita a Mick Jagger.


Algunos años después de que el proyecto titulado “Lucifer Rising” se fuera por la borda, Anger lograría completarlo en 1972, gracias a la ayuda de la cantante británica Marianne Faithfull y el director Donald Cammell, entre otros. Las dificultades que Anger tuvo para terminar este proyecto fueron diversas. Cuando el actor encargado de interpretar el papel protagónico falleció, quien lo reemplazaría, Bobby Beausoleil, se robó gran parte de las tomas que el director había filmado en San Francisco en el año 1966. Cuando finalmente pudo terminar la cinta en los setenta, Anger se encontró con más dificultades que incluyeron la confiscación del film por una buena cantidad de años. Además, sus problemas económicos lo obligaron a realizar un versión más corta de lo que el hubiese querido. Entre todas estas desgracias, lo único bueno para el director fue que Beausoleil, quien en ese entonces se encontraba en prisión de por vida, accedió a componer la banda sonora del film. Según el mismo Anger este film es “acerca de Satán, el ángel caído, y su esperanza de redención, de poder volver a subir la escalera hacia el cielo. Es casi una historia similar a la parábola del Hijo Pródigo quien se aleja para luego volver y ser aceptado en la familia”.

Aunque luego de “Lucifer Rising”, Anger filmaría otros tres cortos durante los setenta que hoy permanecen perdidos (“Senators in Bondage”, “Matelots en Menottes”, y “Denunciation of Stan Brakhage”). Pasarían alrededor de veinte años antes de que director lanzara otro corto títulado, “Don't Smoke That Cigarette!” (2000). Durante los último nueve años solo ha filmado un par de cortos entre los que se destacan, “The Man We Want to Hang” (2002), en el cual exhibe una serie de pinturas realizadas por Aleister Crowley; y “Mouse Heaven” (2004), cuya figura central es nada menos que Mickey Mouse. Como había mencionado anteriormente, Anger absorbió de la obra de Crowley la idea de Lucifer como el dador de luz, el uso de drogas y sexo para alcanzar un estado de conciencia superior, y la fascinación por las sociedades secretas, lo que terminó quedando plasmado en varios de sus trabajos. Amigo habitual de repartir maldiciones y reinventar su vida, el cineasta simularía su propia muerte con una necrólogica en 1967. Kenneth Anger, es un director polémico, original y extravagante, militante gay, el cual ha sido una clara influencia para cineastas tan dispares como John Waters, Vincent Gallo o Martin Scorsese, siendo sin duda uno de los directores independientes más interesantes de la vasta industría cinematográfica.






por Fantomas.

sábado, 10 de octubre de 2009

Leni Riefenstahl: La carrera de una directora marcada por el nazismo.

Helene Bertha Amalie “Leni” Riefenstahl, nació el 22 de agosto de 1902, en Berlín. Criada al interior de una familia acomodada, Leni sería impulsada por su padre a continuar con el negocio familiar (una compañia de calefacción). Sin embargo, su madre pensaba que el futuro de la joven estaba en el mundo artístico. En 1918, cuando tenía 16 años, Leni comenzó a tomar clases de ballet en la Grimm-Reiter Dance School de Berlín, donde terminaría convirtiéndose en la alumna estrella del lugar. De esta forma comenzó su carrera como bailarina, la que la llevó a presentarse en distintos lugares de Europa, y a trabajar con el director Max Reinhardt en un show fundado por el productor judío Harry Sokol. Luego de sufrir una lesión en su rodilla durante una presentación en Praga, ella vió una cinta de montaña (género centrado fundamentalmente en el montañismo, sobre todo en la batalla del hombre contra la naturaleza) titulada, “der Berg des Schiksals” (1924), quedando fascinada con las posibilidades que tenía esa clase de film. Por este motivo, Leni intentaría contactar al director de la cinta, Arnold Fanck, para asegurarse un papel en su próximo proyecto. Sin embargo, Riefenstahl terminaría contactando al director a través de Luis Trenker, un actor que había participado en el film de Fanck.

Riefenstahl protagonizaría varios films de Fanck, como por ejemplo, “The Holy Mountain” (1926) y “The Big Jump” (1927), en los cuales por lo general interpretaría a mujeres atléticas y aventureras con un atractivo especial. Gracias a su participación en estas cintas, Leni se volvería una experta montañista, y además aprendería algunas técnicas de filmación. Entre 1925 y 1933, ella actuaría en alrededor de diez cintas, siendo “S.O.S. Eisberg” (1933), el último film en el que participaría antes de convertirse en directora. Durante ese periodo, Leni ganaría bastantes seguidores, entre los que se encontraba nada menos que Adolf Hitler. Cuando en 1932 se le presentó la oportunidad de dirigir “The Blue Light” (1932), ella no dudaría en tomarla. Distanciándose del estilo realista presente en las cintas de Fanck, Riefenstahl filmó su primera cinta como si se tratara de un relato místico. Ella dirigiria, protagonizaría y co-escribiría dicho film, el cual sería producido por su propia compañia, Leni Riefenstahl Productions. Aunque “The Blue Light” ganó algunos galardones, no fue bien recibida por algunos críticos, en su mayoría judíos. Según dicen, por esta razón Riefenstahl mandó a retirar de los créditos los nombres del guionista Béla Balázs y el productor Harry Sokal, los cuales eran judios. Aunque a la directora le ofrecieron un trabajo en Hollywood, prefirió quedarse en Alemania, donde terminaría haciendo historia.


Cuando en 1932 Riefenstahl escuchó un discurso del entonces candidato presidencial Adolf Hitler, quedó impresionada por su talento como orador. De hecho, ella escribiría en sus memorias: “Yo tuve una visión casi apocalíptica que nunca pude olvidar. Me dió la impresión de que la tierra se estaba abriendo en frente de mi, como un hemisferio que de pronto se parte por la mitad expulsando un enorme chorro de agua, tan poderoso que toca y cielo y remece la tierra”. Tras este episodio, Leni le escribiría a Hitler solicitando reunirse con él. Tras reunirse con él, Riefenstahl recibió una oferta para dirigir “Victory of Faith” (1933), un documental acerca de la reunión del partido Nazi en Nuremberg en 1933. Tras filmar dicha cinta, impresionado por el trabajo de la directora, Hitler le pidió que filmara la reunión de 1934 del partido Nazi. Sin embargo, Riefenstahl pretendía filmar la ópera favorita de Hitler, “Tiefland” de Eugen d´Albert. Lamentablemente, la producción del film tendría algunos problemas, por lo que el proyecto tendría que ser suspendido.

Al saber esto, Hitler convenció a Leni para que filmara una nueva cinta para el partido, con la condición de que sería la última vez que le pediría realizar un film de este tipo. “Triumph of the Will” (1935), es reconocida como una verdadera obra maestra del cine documental. Dicha cinta sería todo un éxito Alemania, pero en paises como Estados Unidos sería censurada por su contenido (el Museo de Arte Moderno fue uno de los pocos lugares que consiguió una copia, a la cual tuvo acceso solo un selecto grupo de personas). De todas maneras, el film ganó numerosos premios internacionales, lo que situó a Riefenstahl como la primera mujer en ganar reconocimiento internacional como directora de cine. Pese a haber jurado que no volvería a dirigir más cintas acerca del partido Nazi, en 1935 ella realizaría un film de 18 minutos titulado, “Day of Freedom: Armed Forces”, el cual se centraría en el ejército alemán. Al igual que las dos cintas anteriores de la directora, esta se filmó durante la reunión anual del partido Nazi en Nuremberg. La reunión de 1935 alcanzó cierta notoriedad debido al pronunciamiento acerca del estatus de los judios en Alemania. Durante muchos años, Riefenstahl negó haber participado en esta cinta, lo que cambió en 1971 cuando fue encontrada una copia del film.

En 1936, Hitler invitó a Riefenstahl a filmar los Juegos Olímpicos de Berlín. La directora además viajaría a Grecia para obtener algunas tomas de Olimpia, el lugar donde se generaron las olimpiadas. El resultado de ambas experiencias se convertiría en “Olympia” (1938), un exitoso film el cual sigue siendo recordado por sus logros técnicos y estéticos. Riefenstahl sería una de las primeras realizadoras en situar cámaras en rieles, con el fin de seguir los movimientos de los atletas, además de incluir algunas tomas en cámara lenta. El trabajo de la directora en “Olympia” es usualmente citado como una de las más grandes influencias de la fotografía deportiva moderna. Aunque Joseph Goebbels le dijo a Riefenstahl que ignorara a todos los atletas no-arios de los Juegos, la directora de todas formas filmó a todos los competidores, incluyendo al atleta afroamericano Jesse Owens, quien protagoniza una de las escenas más recordadas de la cinta.

“Olympia” fue estrenada para el cumpleaños número 49 de Hitler en 1938, y embarcó a Riefenstahl en un tour internacional para promocionar su película. Sin embargo, un año antes de que esto sucediera, la directora había declarado en un periódico que para ella, Hitler era un hombre casi perfecto. Estas declaraciones terminarían empañando toda su gira por norteamérica, donde terminaría confirmando sus declaraciones. Esta no sería la única controversia en la que estaría involucrada la directora. Durante la invasión alemana a Polonia, Riefenstahl fue fotografiada en compañia de soldados alemanes vistiendo un uniforme militar y portando un arma en su cinturón. El 12 de septiembre de 1939, ella estaba en el poblado de Konskie cuando 30 civiles fueron ejecutados, debido a que supuestamente atacaron a un grupo de soldados alemanes. De acuerdo con sus memorias, Riefenstahl trató de intervenir pero uno de los soldados se lo impidió a punta de pistola. De todas formas, el 5 de octubre de 1939, Riefenstahl regresaría a la ahora ocupada Polonia para filmar el desfile organizado por Hitler en Varsovia. Luego de esto abandonaría Polonia, con la promesa de no volver a filmar ninguna cinta relacionada con los Nazis durante el resto de su carrera.

Riefenstahl fue amiga de Hitler durante 12 años, y existen algunos reportes que indican que ambos probablemente tuvieron una relación sentimental. Según el vocero de Hitler, Ernst Hanfstaengl, ella intentó iniciar una relación con Hitler, pero este la rechazó. De todas formas, la relación entre ambos se deterioró en 1944, luego de que el hermano de Riefenstahl falleciera en el frente ruso de la guerra. De hecho, tras casarse con Peter Jacon el 21 de marzo de 1944, nunca más volvió a ver a Hitler. Luego de “Olympia” y la trilogía de cintas dedicadas al partido Nazi, Riefenstahl comenzó a trabajar en la película que había intentando filmar sin éxito algunos años antes; “Tiefland” (1954). A fines de 1940, ella comenzaría a filmar dicha cinta, donde gran parte de los extras que aparecen en el metraje, eran prisioneros de los campos de concentración los cuales fueron obligados a trabajar con la directora. Por años Riefenstahl mantendría que todos los extras que habían participado en la cinta, posteriormente habían sido liberados por los alemanes. Sin embargo, existe evidencia de que gran parte de los extras serían enviados a otros campos de concentración una vez terminada la cinta. En octubre de 1944, la producción de “Tiefland” se movió a los Barrandov Studios en Praga, lugar donde sería terminada, aunque no podría ser editada hasta el año 1954.

Cuando el ejército alemán colapsó en la primavera de 1945, Riefenstahl abandonó Berlín. Mientras se encontraba pidiendo aventón junto a un grupo de hombres, ella fue detenida por tropas norteamericanas. Tras esta detención, se vería involucrada en una serie de arrestos y escapes a lo largo del territorio alemán. Cuando por fin logró llegar a la casa de su madre, se encontró con la sopresa que un grupo de soldados norteamericanos estaban rodeando la casa, por lo que no le quedó más remedio que entregarse. Una vez que fue puesta bajo custodia, Riefenstahl negó tener conocimiento de la existencia de campos de concentración. En numerosas oportunidades reconoció la fascinación que sentía por la política Nacional Socialista, pero negó tener conocimiento de cualquier tipo de crimen de guerra. Aunque desde 1945 a 1948, ella fue retenida en diversas prisiones, nunca fue condenada ni por su rol como propagandista, ni por el uso de prisioneros de los campos de concentración en sus cintas. Algunos años más tarde Riefenstahl declaró que lo que más lamentaba era haber conocido a Hitler: “Fue la mayor catástrofe de mi vida. Hasta el día de mi muerte la gente dirá, ´Leni es una Nazi´, y yo seguiré diciendo, ´¿Pero que fue lo que hice?´”.

La mayoría de los negativos de las cintas de Riefenstahl junto con el material de otros proyectos que no alcanzó a terminar, se perdieron al final de la guerra. El gobierno francés confiscó todo su equipo de edición, junto con los rollos de producción de “Tiefland”. Luego de años de conflictos legales, los rollos le fueron devueltos, aunque parte de los negativos se dañaron cuando el gobierno francés intentó revelar la película. Finalmente Riefenstahl pudo editar la cinta, y el 11 de febrero de 1954 por fin pudo estrenar “Tiefland”, la que terminaría siendo su último trabajo como directora. Ella intentaría en numerosas ocasiones (alrededor de 15 veces) realizar nuevas películas durante los cincuenta y sesenta, pero se encontraría con bastante resistencia por parte de la industria cinematográfica, con protestas públicas, y con críticas punzantes. Muchos de sus colegas que se encontraban en Hollywood, habían huído de la Alemanía Nazi por lo que no la miraban con buenos ojos.

Aunque existió gente interesada en apoyar su trabajo, la mayoría de sus proyectos tuvieron que ser suspendidos por algunas campañas que recordaban su colaboración con el Tercer Reich. En 1956, inspirada por la novela de Ernest Hemingway, “Green Hills of Africa”, Riefenstahl viajaría a África donde comenzaría a trabajar en un proyecto basado en la novela, “Black Freight”. Mientras se encontraba buscando locaciones para filmar la cinta, ella casi muere en un accidente automovilístico. Luego de despertar de un coma en un hospital de Nairobi, ella terminaría de escribir el guión del proyecto. Sin embargo, todo quedaría en nada luego de que algunos locales se mostraran algo reacios a la presencia de la directora en el lugar, a lo que se sumó el mal tiempo y la Crisis del Canal de Suez (solo alcanzaría a filmar diez tomas). Otro de los proyectos de la directora que terminaría yéndose al tacho de la basura sería una cinta cuyo título tentantivo era “Friedrich und Voltaire”, la cual iba a ser protagonizada por Jean Cocteau. Lamentablemente, la muerte de Cocteau en 1963 le pondría fin al proyecto.

Pese a su proyecto fallido en África, durante los sesenta Riefenstahl viajaría en numerosas ocasiones a dicho continente para fotografiar a la tribu Nuba residente en Sudán, donde ella vivió por algún tiempo con el fin de conocer más acerca de su cultura. En dicho país no tuvieron problemas para aceptarla, debido a que no conocían nada acerca de su pasado. Durante ese periodo, ella comenzaría una relación sentimental con el camarógrafo Horst Kettner, quien tenía veinte años menos que ella. Luego de un tiempo, a Riefenstahl le fue concedida la ciudadania sudanesa, debido a los servicios que ella había prestado a dicho país. Sus libros con las fotografía de la tribu fueron publicados en 1974 y 1976 como, “The Last of the Nuba” y “The People of Kau”, convirtiéndose de inmediato en bestsellers a nivel internacional. A los 72 años de edad, Riefenstahl comenzó a interesarse en la fotografía submarina. En 1978, ella publicaría un libro con algunas de sus fotografía submarinas llamado, “Coral Gardens”, y en 1990 publicaría otro llamado, “Wonder under Water”. El 22 de agosto del 2002, durante la celabración de su cumpleaños número cien, ella estrenaría la cinta, “Underwater Impressions” (2002), un documental que idealizaba la vida bajo los océanos.

Además de ser la buceadora más vieja del mundo cuando estrenó “Underwater Impressions”, Riefenstahl fue miembro de Greenpeace durante ocho años. El 2003, a los 101 años de edad, ella contraería matrimonio con su pareja de años, Horst Kettner. Al poco tiempo después, Leni Riefenstahl fallecería mientras dormía el 8 de septiembre del 2003, tras una larga batalla contra el cáncer. Independiente, enérgica, maniática del trabajo, ególatra y defensora a ultranza de la supremacía del arte, su obra está asociada a una época de horror, el imperio nazi, y a una figura que fue a la vez protector e ídolo: Adolf Hitler. El destino del Reich marcaría a Riefenstahl de forma decisiva, y ella, a su vez, fue la encargada de plasmar la imagen del régimen en películas de enorme fuerza visual, donde la belleza física enmascaraba manejos mucho más oscuros. Más allá de sus inclinaciones políticas o los errores que pudo haber cometido durante la guerra, Leni Riefenstahl marcó un antes y un después en la historia del cine en cuanto a la labor de las mujeres tras las cámaras; no solo ganó reconocimiento internacional por su obra más allá de su contenido, sino que también supo utilizar nuevas técnicas que siguen siendo utilizadas y admiradas en la actualidad.






por Fantomas.

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