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Luego de graduarse de abogado en la Royal Hungarian University a principios de los treinta, De Toth probó suerte en la industria cinematográfica húngara, donde trabajó como operador de cámara para el famoso realizador Istvan (Stefan) Eiben. Durante la década del treinta, se dice que De Toth vivió en varias ciudades de Europa y visitó los Estados Unidos en numerosas ocasiones. Mientras se encontraba en Londres, De Toth ejerció diversas labores para los hermanos Korda antes de dirigirse a Viena para trabajar en la elaboración de un guión. Según el mismo De Toth, en uno de sus viajes a Los Ángeles escribió el guión de la cinta “The Life of Emile Zola” (1937), por el cual nunca recibió crédito alguno. En 1939 cuando regresó a Budapest, De Toth comenzó su carrera como director bajo el nombre de Endre Toth, llegando a realizar cinco películas en un año. Su primer film, “Toprini nasz/Wedding at Toprin” (1939), llamó la atención del productor Harry Cohn de la Columbia, aunque pasarían varios años antes de que el director se estableciera definitivamente en los Estados Unidos. Se dice que De Toth filmó cinco películas antes de que los Nazis lo asignaran como director de cintas de propaganda y crónicas de la invasión alemana a Polonia en 1939. Sin embargo, no existen pruebas de que esto sucediera.
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En 1944, De Toth contraería matrimonio con la actriz Veronica Lake. La actriz se había divorciado recientemente de John Detlie cuando conoció al director, y lamentablemente ya arrastraba un serio problema de alcoholismo. Lamentablemente, De Toth tenía fama de ser un hombre violento, por lo que la tormentosa relación que mantuvo con la actriz sólo logró empeorar el consumo de alcohol de Lake. Lo único bueno que saldría de esa relación serían los dos hijos de la pareja; Andre y Diana. En 1948, De Toth conseguiría un nuevo éxito con la película “Pitfall” (1948), la cual relata como un vendedor cansado de su vida cotidiana, termina involucrándose en un romance que pone en riesgo todo aquello que él considera importante. Nuevamente el director demostró tener una gran afinidad con el elenco con el cual trabajaba, el cual en esta ocasión estaba conformado por Dick Powell, Jane Wyatt y Lizbeth Scott. En 1950, De Toth compartió con William Bowers una nominación al Oscar al mejor guión original por la cinta “The Gunfigther” (1950), la cual era la historia de un asesino que trataba de dejar atrás su pasado (cabe mencionar que De Toth objetó la elección de Gregory Peck como protagonista, ya que él había escrito el guión con Gary Cooper en mente).
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Tras divorciarse de Veronica Lake en 1952, el director contraería matrimonio con Marie Louise Stratton, con quien estaría casado durante 29 años y tendría dos hijos; Michelle y Nicolas. Posteriormente De Toth filmaría una serie de interesantes thrillers, de los cuales probablemente el mejor es “Crime Wave” (1954), el cual relata una toma de rehenes y fue protagonizado por Sterling Hayden, Gene Nelson y Phyllis Kirk. En “The Indian Fighter” (1955), la primera cinta producida por Kirk Douglas en la cual además interpretaba a un rudo explorador del ejército, De Toth demostró ser un director metódico, al mismo tiempo que ganaba cierto reconocimiento por retratar a las tribus norteamericanas de forma más profunda que la mayoría de los directores de la época. Intentando darle un giro a su carrera, De Toth abarcaría algunos problemas sociales, específicamente la adicción a las drogas, en la cinta “Monkey on My Back” (1957), la cual estaba basada en la vida del boxeador Barney Ross. A fines de los cincuenta y principios de los sesenta, el director trabajó un tiempo en la televisión para luego retomar su carrera en el cine.
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La última cinta en la que De Toth trabajaría como director sería “Terror Night” (1987), un film de bajo presupuesto donde nuevamente no aparecería acreditado como director. En 1995, De Toth sería premiado por los logros obtenidos durante su carrera por la Asociación de Críticos Cinematográficos de Los Ángeles, y además publicaría sus memorias; “Fragments: Portraits From the Inside”. Gracias a estos dos acontecimientos, el director ganaría el reconocimiento que mereció en su momento. André De Toth fallecería el 27 de octubre del 2002, a causa de un aneurisma. El legado del director consiste en una serie de estupendas películas serie B (en su mayoría westerns y dramas policiales), las cuales se caracterizaron por ser áridas, violentas y por presentar un marcado énfasis en el aspecto psicológico de sus protagonistas. Además cabe mencionar que De Toth era un hombre con una personalidad colorida, a quien le gustaba manejar autos veloces y pequeñas avionetas. No contento con esto, le gustaba jactarse de sus aventuras en zonas bélicas, y que incluso en una ocasión mientras se encontraba de viaje lo confundieron con el héroe israelí Moshe Dayan, quien también ocupaba un parche en el ojo. Antes de abandonar este mundo, De Toth se encargaría de plasmar su filosofía a la hora de asumir la dirección de un film; “Las escuelas de cine no te enseñan nada de nada. La psicología necesaria para convertirse en director no se consigue de manera mecánica, o la tienes o no la tienes. El requerimiento número uno es la comprensión. Un director de cine trabaja con los instrumentos más sensibles, los seres humanos”.
por Fantomas.
Excelente viejo con tus ùltimas entradas tengo material de lectura para rato, tremendo trabajo como siempre.
ResponderEliminarPD. No se si conoces los articulos publicados en cinefania, son muy interesantes, a ti que se nota te apaciona la investigaciòn cinèfila te los recomiendo 100%
http://www.cinefania.com/terroruniversal/
Saludos!