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El primer indicio de que podía acceder a una vida mejor lo tuvo a los 16 años cuando participó en una obra teatral acerca de las aventuras del Rey Arturo (donde personificó a una niña). Posteriormente se enlistaría en la Marina tras el episodio de Pearl Harbor, y sería testigo presencial de la rendición de Japón en la Bahía de Tokio en 1945. Tras retornar a su vida como civil, Curtis ingresaría al Dramatic Workshop de Nueva York, lugar al que también asistirían Walter Matthau y Rod Steiger, entre otros. Eventualmente sería descubierto por el buscador de talentos de la Universal, Joyce Selznick (sobrino del famoso productor David O. Selznick), quien lo llevaría a Hollywood en 1948. Tras firmar un contrato con la Universal, él aparecería en varias cintas olvidables con roles secundarios bajo el nombre de James Curtis, el cual posteriormente cambiaría a Anthony Curtis. Su primer rol “importante” sería en el western “Winchester ´73” (1950), donde interpretaría a un joven soldado que se ve involucrado en la cruzada de venganza llevada a cabo por el personaje interpretado por James Stewart. En 1951, Curtis contrajo matrimonio con Janet Leigh, una atractiva actriz que en ese entonces estaba cimentando su camino hacia el estrellato. El inmenso atractivo de la pareja pronto los convirtió en figuras populares dentro del circuito hollywoodense. Ese mismo año, Curtis protagonizó la cinta “The Prince Who Was Thief” (1951), junto a Piper Laurie, la cual se convertiría en un éxito de taquilla y marcaría su primer paso hacia el estrellato.
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Su determinación por demostrar su valía como actor comenzaría a rendir frutos durante la segunda mitad de los cincuenta; primero con el drama circense “Trapeze” (1956) y luego con “Sweet Smell of Success” (1957), cinta que realizaba un ácido retrato del mundo del espectáculo, en la cual Curtis interpretaba a un desesperado y moralmente cuestionable periodista. Ambas películas dieron a conocer el talento que tenía el actor para el drama, lo que rápidamente le valió el respeto de la crítica especializada. El éxito que obtuvo con estas dos películas lo llevaría a participar en “The Defiant Ones” (1958), un conmovedor drama acerca de dos delincuentes (Curtis y Sidney Poitier) que tras escapar de prisión deben superar sus prejuicios mientras evitan caer nuevamente en manos de la policía. El film recibiría varias nominaciones al Oscar, incluyendo la de mejor actor para Tony Curtis. Un año después el actor volvería a triunfar en la cinta de Billy Wilder, “Some Like It Hot” (1959), coprotagonizada por Jack Lemmon y Marilyn Monroe. Debido a los problemas que la actriz causó durante la filmación de la cinta (obligando a repetir varias tomas en múltiples ocasiones), Curtis llegó a declarar que besar a Monroe fue como “besar a Hitler”. Sin embargo, en una entrevista que el actor concedió el 2001 se retractó de sus dichos, motivado por la trágica muerte de la actriz; “¡Pobre Marilyn!; cuando rodamos la película, ella tenía problemas, estaba enferma, no llegaba nunca a la hora, no se sabía el texto y los productores la querían despedir. Diez años antes, cuando ella tenía 19 años y yo 22, habíamos sido amantes durante cuatro meses. Así que al llegar a la escena más tórrida de ‘Some Like It Hot”, Marilyn decidió que iba a hacer todo lo posible para provocarme una erección. Y lo logró! Alguna vez he comentado que besar a Marilyn era como cogérsela”.
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Tras participar en algunas comedias ligeras como “Don´t Make Waves” (1967) y “Not With My Wife, You Don´t” (1966), Curtis obtuvo algunos papeles en un par de cintas europeas bastante mediocres como por ejemplo “Monte Carlo or Bust” (1969). Sin embargo, con el film “The Boston Strangler” (1968) del director Richard Fleischer, Curtis nuevamente pudo demostrar su valía como actor dramático gracias a su interpretación del infame asesino Albert De Salvo. Pese a que por dicho papel el actor fue merecedor de una nominación al Globo de Oro, de todas formas no pudo frenar el declive de su carrera. En 1968, Curtis nuevamente contrajo matrimonio, esta vez con Leslie Allen, con quien tuvo dos hijos, Benjamin y Nicholas. Pese al hecho de no estar en el mejor momento de su carrera, el actor se las arregló para mantenerse bastante ocupado durante los setenta. No sólo participó en la serie de televisión británica “The Persuaders!” (1971-72), junto a Roger Moore, sino que también protagonizó la serie norteamericana “McCoy” (1975-76), en la que personificaba a un carismático estafador. En lo que al cine se refiere, Curtis obtuvo un papel en la cinta de Elia Kazan, “The Last Tycoon” (1976), y en las olvidables “Sextette” (1978) y “Bad News Bears Go To Japan” (1978). Como si esto fuera poco, el actor además publicó una novela titulada “Kid Andrew Cody and Julie Sparrow”. La década de los ochenta comenzó para Curtis con una nominación al Emmy por su interpretación de David O. Selznick en la cinta “The Scarlett O´Hara War” (1980). También participó en una de las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie titulada “The Mirror Crack´d” (1980).
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En 1993 publicó su autobiografía en la cual confesaba haber tenido relaciones sexuales con más de 4,000 mujeres a lo largo de su vida. Dichas relaciones iban desde una simple noche de sexo o un “rapidín” en el baño de un restaurante, hasta algunas más duraderas. Curtis además señala que en los inicios de su carrera, la estrategia publicitaría que utilizaban los estudios para promocionar a las estrellas en ascenso, la cual consistía en hacerlos acompañar siempre por otra actriz simulando pequeños romances, lo llevo a sentirse obligado a mantener relaciones con prácticamente todas las jóvenes coprotagonistas de sus películas, situación que le impidió mantener relaciones duraderas o estables con sus parejas, a pesar de sus cinco matrimonios. En la autobiografía el actor también acepta que el torbellino de la vida de una estrella y la inseguridad de saber si seguiría estando en el favor del público, lo llevaron a depender del alcohol y las drogas, con diversas entradas y salidas, debido a recaídas, en clínicas especializadas, hasta que a partir de los ochenta comenzó a sentirse aliviado y pudo hacer las paces con sus hijos, en particular con Jamie Lee y Kelly, las hijas que tuvo con Janet Leigh, a las cuales no les prestó ninguna atención durante su niñez. Tony Curtis falleció el 29 de septiembre del 2010 debido a un paro cardiorrespiratorio. Pese a que se ganó una merecida estrella en el paseo de la fama, el actor siempre se mostró decepcionado por no poder haber ganado un Oscar. Y es que la verdad como muchos profesionales del medio, Curtis no fue lo suficientemente valorado en su momento. Hoy es recordado como uno de los actores más versátiles de los cincuenta y sesenta, cuyo legado quedó plasmado en las decenas de films en los cuales participó el actor que demostró ser más que una cara bonita.
por Fantomas.
2 comentarios:
No tenía idea de que la infancia y la primera juventud de Tony Curtis hubiesen sido tan duras... Buena entrada, muy documentada e interesante.
Buen trabajo! El señor Curtis sabía mucho.Pena que el tipo de la entrevista fuera un idiota.
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