domingo, 14 de junio de 2009

François Truffaut: De niño problema, a crítico, y finalmente a director.

François Roland Truffaut nació en Paris el 6 de Febrero de 1932. Hijo de madre soltera, sería el futuro esposo de ella quién lo adoptaría y le daría su apellido. Sin embargo, apenas él nació fue entregado a una de las sirvientas de la familia para evitar la verguenza de no contar con su verdadero padre. Al poco tiempo, sería rescatado por su abuela materna la que lo llevaría a vivir en su casa. Truffaut sería educado bajo la estricta disciplina de sus abuelos, los cuales le inculcarían el amor por los libros y por la música. Cuando el pequeño François tenía diez años, su abuela murió, tras lo cual él se mudó por primera vez con su madre. Su primer contacto con el cine ocurriría a los ocho años de edad. La primera película que vería sería “Paradis perdu” (1939), del director Abel Gance. Desde ese momento, Truffaut comenzó a ir al cine en secreto, faltando a clases y aprovechando todos aquellos momentos en los que estaba solo. A los catorce años, tras abandonar variadas escuelas, optó por autoeducarse. Truffaut se autoimpondría ver tres películas diarias y leer al menos tres libros a la semana. Además, comenzaría a asistir regularmente a las reuniones de Techniciens du film, y la Cinémathèque (filmoteca francesa) se convertiría en su “gran escuela”. En Octubre de 1948, él crearía su propio club de cine al que llamaría, Cercle cinémanie, usando el dinero que había obtenido trabajando en una tienda de abarrotes.

Lamentablemente para Truffaut, las proyecciones de Cercle cinémanie coincidían con las de otro club llamado Travail et culture, el cual había sido creado por el crítico André Bazin, a quién el futuro director decidió visitar para intentar convencerlo de que cambiara el día de sus proyecciones. Así fue como Truffaut a los 16 años conocería a Bazin, crítico de Le Parisien libéré, el cual era toda una celebridad a los treinta años y quien pasaría a ser importante en la vida del joven. Días más tarde, su abuelo accedió a cubrir las deudas derivadas de sus compromisos cinéfilos, con la condición (por escrito) de que François obtuviera un trabajo estable y abandonara el club. Pero Cercle cinémanie tenía tres funciones más confirmadas, y Truffaut estaba decidio a continuar con su trabajo, por lo que finalmente su abuelo terminó entregándolo bajo custodia policial por haber roto su compromiso. Esa noche la pasaría en una pequeña celda del cuartel de policía, tras lo cual sería enviado a centro de reclusión para jóvenes ubicado en Villejuif. El psicólogo del lugar contactaría a Bazin para pedirle ayuda con el muchacho, y él prometió darle trabajo en Travail et culture. Truffaut sería liberado bajo libertad condicional, siendo internado en un hogar religioso de Versailles, del cual sería expulsado seis meses después por mala conducta.

Bazin lo contrataría como su secretario personal y al cumplir los 18 años, lo insertaría en el club Objectif 49, el cual estaba conformado por un grupo de elite que se convertiría en la cuna de la nueva oleada de críticos y directores (entre ellos se encontraban Jean-Luc Godard y Suzanne Schiffman), además de ser el lugar donde directores como Welles o Rossellini presentaban sus nuevos trabajos. Además comenzarían a frecuentan el Ciné club du Quartier Latin, dirigido por Eric Rohmer. Sería en el boletín de este club donde Truffaut daría sus primeros pasos como crítico en el año 1950. Su primer artículo se refirío a “Le Règle de jeu” (1939), del director Jean Renoir, a raíz del reciente descubrimiento de la versión original de la cinta. En abril de ese año, comenzó a trabajar como periodista en la revista Elle, y siguió contribuyendo con artículos para Ciné-digest, Lettres du monde and France-dimanche, para luego enlistarse en el ejército francés. Luego de estar ahí por dos años, fue encarcelado por intentar desertar. Nuevamente sería Bazin quien lo ayudaría a salir del embrollo, tras lo cual lo invitaría a vivir con su familia.

Durante el tiempo que estuvo en prisión, Bazin en compañia de Jacques Doniol-Valcroze y Joseph-Marie Lo Duca, habían fundado una revista sobre cine llamada, Cahiers du cinéma, con la intención de mantener el crítica de cine activa. Truffaut comenzaría a trabajar en un ensayo para la publicación titulado, “Una cierta tendencia del cine francés”. Sin embargo, el primero de sus artículos en publicarse sería una reseña de “Sudden Fear” (1952), del director David Miller. Desde ese momento su producción literaria crecería de manera incontrolable, teniendo en ocasiones que recurrir a seudónimos. En seis años, Truffaut publicaría 170 artículos en la revista, siendo en su gran mayoría reseñas de películas y entrevistas con directores. Además, en 1954 sería contratado por los editores de la publicación, “Arts-Lettres-Spectacles”, cuna de los intelectuales de derecha de la época. El hecho de que su estilo fuese polémico y moralizante, y que además se caracterizara por atacar a algunos de los intelectuales de izquierda, derivó en otros críticos lo tildaran de fascista. De todas formas, su labor como crítico le dió la oportunidad de codearse con los directores que él más admiraba, entre ellos Alfred Hitchcock.

El próximo paso parecía obvio. Junto a Robert Lachenay y Jacques Rivette, filmó su primer corto titulado, “Une Visite” (1955). Desilusionado por el resultado final, Truffaut decidió guardar la cinta, la cual para su verguenza, sería proyectada solo una vez en 1982. En 1957 filmaría el corto, “Les Mistons”, el cual estaba basado en la historia corta de Maurice Pons. Su segunda incursión cinematográfica obtendría buenas críticas y le valdría el premio al mejor director en el Festival du Film Mondial de Bruselas. Sin embargo, el director Jean Delannoy se encargaría de aguarle la fiesta a Truffaut debido a que en la cinta, un niño destruye un poster de su película, “Chiens perdus sans collier” (1955). Dicho detalle tenía un claro mensaje: la nueva ola de directores venía a destruir las viejas estructura del cine fránces. En represalia, Delannoy aseguró de que Truffaut se había comprometido con Madeleine Morgenstern (hija director de la compañia de distribución Cocinor), con el fin de obtener financiamiento para realizar sus cintas e incluso crear su propia productora llamada, Les Films du Carrosse. De todas formas la pareja se casó en octubre de 1957.

En 1958, a la espera de poder comenzar a filmar la adaptación de la novela “Temps chaud”, de Jacques Cousseau, Truffaut realizaría otro corto llamado, “Histoire d´eau”. Godard le ayudaría con la edición y reescribiría gran parte del diálogo. Además decidió embarcarse en otra aventura. Él asistiría como crítico al Festival de Cannes por última vez, dejando finalmente de lado esa actividad. Gracias a los fondos obtenidos por su suegro, Truffaut pudo financiar su nuevo proyecto, el cual estaba basado en sus experiencias durante su niñez y su adolescencia. Así nacía “The 400 Blows” (1959), cuyo protagonista sería el chico de 14 años, Jean-Pierre Leaud. Las filmaciones comenzaron en la mañana del 10 de Noviembre de 1958, y durante la noche de ese día, moriría André Bazin a causa de la leucemia que le aquejaba. La cinta sería exhibida en Cannes, donde Truffaut obtendría el premio al mejor director.

El estreno de “The 400 Blows” y el de “Les Cousins” (1959), del director Claude Chabrol, marcarían el inició del movimiento que se denominaría como nouvelle vague. En 1960, más de 50 cineastas proyectaban sus primeros trabajos sumándose al movimiento iniciado por Truffaut y compañia. Todos ellos se preocupaban por aplicar fuertes dosis de realismo a sus diseños estéticos, revitalizando el cine francés. Además se destacaba el uso de cámaras portátiles, nuevos estilos de edición, selección de actores amateurs para disminuir los costos de producción, y una marcada experimentación con la estructura del lenguaje cinematográfico, permitiendo que exista una libertad absoluta al momento de escoger el contenido temático de sus cintas. Durante este periodo, Truffaut se regodiaba con el éxito artístico y comercial que había obtenido su primer largometraje, y se preparaba para filmar la adaptación de la novela, “Down There”, de David Goodis, la cual había sido publicada bajo el nombre de “Shoot the Piano Player”, titulo que Truffaut utilizaría en esta ocasión.

Durante la realización de esta cinta, Truffaut conformaría parte de su equipo permanente de colaboradores, entre los que se encontraba Suzanne Schiffman, quien empezó como supervisora de continuidad y terminó como asistente del director; Georges Delerue, quien se transformaría en su compositor regular; y Raoul Coutard, cuyo trabajo de fotografía definiría la estética de la nouvelle vague. El film fue estrenado con poco éxito, y los mismo sucedió con muchas de las obras de los directores pertenecientes a la nouvelle vague, lo que llevó a algunos críticos a atacar fuertemente al movimiento. Sin embargo, la amargura de estas rencillas no alcanzó el trabajo del director, ya que se las arregló para mantener los principios primordiales que postulaba el movimiento: libertad, independencia y sensibilidad.


En una serie de films repartidos durante veinte años, Truffaut presentó a un personaje que sería reconocido como su alter ego. Dicho personaje es Antoine Doinel, el cual es personificado en distintas etapas de la vida por el actor Jean-Pierre Leaud en las cintas: “The 400 Blows”, “Antoine et Colette” (1962), “Stolen Kisses” (1968), “ Domicile conjugal” (1970), y “Love on the Run” (1979). El director se encargaría de clarificarlo en una ocasion: “El personaje ficticio de Antoine Doinel es una mezcla de dos personas reales, François Truffaut y Jean-Pierre Leaud”. Antoine aparece por primera vez en “The 400 Blows” como un travieso estudiante, incomprendido por sus padres. Muchas de las situaciones en las que se ve envuelto el personaje, están basadas en las experiencia del director, como por ejemplo su estadía en prisión. Por otro lado, en el corto “Antoine et Colette” , relata las desventuras amorosas de Antoine, las cuales nuevamente están basadas en los fracasos amorosos del director, que en gran medida fueron responsables de su decisión de ingresar al ejército.

Es desde la cinta, “Stolen Kisses” que el personaje se desdobla de Truffaut y comienza a tener vida propia: Antoine se convierte en portero de un hotel, en detective privado, en un reparador de televisores, y finalmente, en corrector de una casa de publicaciones. Meses antes de que estallaran las revueltas estudiantiles en Francia, Truffaut había creado un héroe romántico incapáz de adaptarse a la vida y obtener un trabajo estable, pero capáz de encontrar el amor encarnado en Christine (Claude Jade), una violinista con la que finalmente se casa. Como Truffaut se divorció de su esposa en 1965, resultaba obvio que en algún momento su personaje iba a experimentar algo similar. Esto sucedió en “Love on the Run”, en la cual se nos presenta a Antoine y Christine en la corte tramitando su divorcio, y mediante una serie de flashbacks se nos muestra gran parte de la vida matrimonial de ambos personajes.


Truffaut es un director cuyo trabajo evidenciaba la búsqueda de su niñez perdida. Es por esta razón que Antoine tiene una personalidad más bien infantil incluso de adulto. Esta misma característica es compartida por los personajes de dos films pertenecientes a la última etapa de su carrera; “The Man Who Loved Women” (1977) y “The Woman Next Door” (1981). Truffaut parecía tener la necesidad de inculcarle a sus personajes un sentido de infancia perdida, la cual sentían que tenían que recuperar en su etapa adulta. Otro de los puntos elementos que suele aparecer en los films del director, es la permanente presencia de niños. Sin embargo, existen dos entradas en su filmografía que le rinden un tributo explícito a la niñez desde dos perspectivas bastante diferentes que terminan complementándose. Estas cintas son: “The Wild Child” (1970) y “Small Change” (1976).

En “The Wild Child”, Truffaut nos presenta una variante del tema del niño abandonado, privado de afecto y calor humano. A diferencia de “The 400 Blows”, el joven en problemas esta vez tiene a gente que intentará ayudarlo. Truffaut interpreta al Dr. Itard, el responsable de readaptar a Victor, un niño salvaje encontrado en el bosque, a la sociedad. En esta cinta el director expone la enorme confianza que tiene en el proceso educacional, y la existencia de la redención dada por la exposición a la cultura, tal como le pasó a él con su mentor Bazin, y lo que le sucedió a Leaud cuando se topó con Truffaut. En “Small Change” en cambio, la historia está contada desde el punto de vista de un grupo de estudiantes. El director en esta ocasión se encarga de recalcar la responsabilidad que tienen los adultos sobre los niños, todo bajo una atmósfera de constante ternura.

En otro grupo de cintas, Truffaut declararía su eterno amor a los libros y al cine. En “Two English Girls” (1971), el director hace referencia a los escritos que plasman momentos de nuestra vida; los periódicos, los diarios de vida, o las cartas que reflejan sentimientos reprimidos. Incluso los personajes parecen vivir a un ritmo literario, como si estuvieran concientes de su origen y como si ellos anticiparan que su vida va a ser resumida en palabras al final de la cinta. Sin embargo, “Fahrenheit 451” (1966) sería el film donde Truffaut inyectaría todo su amor por los libros. El relato no habla acerca de una futura sociedad totalitaria donde los libros son destruidos. Esto provoca el surgimiento de un grupo de civiles que intentarán preservar los libros, transformándose ellos en uno. En “Day for Night” (1973) en cambio, Truffaut evidencia su amor por el cine. Aquí un director interpretado por el mismo Truffaut comienza a filmar un proyecto ficticio llamado, “Introducing Pamela”. Durante el proceso, nos es presentado el detrás de las cámaras con todo lo que esto conlleva. Y es que el objetivo de Truffaut no era enseñarnos la parte técnica del cine, sino las anécdotas que surgen a raíz del mismo. El resultado fue una historia de su amor hacia el cine, la que le valió un Oscar a la mejor película extranjera.

Otro aspecto importante de Truffaut fue la fuerte influencia que Alfred Hitchcock ejerció en algunos de sus trabajos. En 1962, seis días de entrevista con el director inglés, dieron vida cuatro años después al libro “The Cinema According to Hitchcock”, el cual era el mejor ejemplo del respeto que Truffaut sentía por el maestro del suspenso. Seis de sus películas honrarían la influencia del inglés: “Shoot the Piano Player” (1960), “The Bride Wore Black” (1967), “Mississippi Mermaid” (1969), “Such a Gorgeous Kid Like Me” (1972) y “Finally, Sunday” (1983). La última es considerada como su major thriller, una verdadera muestra de film noir francés, donde el director decide no tomar muy en serio el género y realizar pequeños guiños a la obra de Hitchcock. El problema de los thrillers de Truffaut era que sus protagonista eran tipos en exceso sensibles, más preocupados de sus sentimientos que de la empresa criminal que estaban emprendiendo. Una permanente melancolía tiñe todas sus incursiones en el cine negro, dando cuenta que las mujeres eran su punto débil.

Desde las prostitutas de su adolescencia hasta las glamorosas estrellas de cine con las que se codeó como director, su fascinación por las mujeres parecía no tener límites. Truffaut se enamoró profundamente de prácticamente todas las actrices que trabajaron con él. Su obsesión lo llevaba a quererlas a su lado, sin preocuparse por su estatus marital o algún tipo de compromisos. “Jules et Jim” (1962), adaptación de la novela de Henri-Pierre Roché, es la cinta que presenta con mayor claridad el tipo de mujeres que a él tanto le fascinaban. Catherine (Jeanne Moreau) es una mujer que termina arrastrando a dos amigos a un torbellino que solo la muerte podrá resolver. Truffaut identificaba el amor apasionado con la locura, con la incapacidad de pensar con claridad cuando enfrentábamos el objeto de nuestro afecto. Y lo que resulta aún más curioso, él veía esta pasión como un exceso que debía ser castigado generalmente con la muerte. Su idea acerca del matrimonio no era menos controversial, por lo que usualmente aseguraba que el aburrimiento justificaba las aventuras extramaritales.

“The Soft Skin” (1964), es la más física de sus apasionadas historias, en la cual el centro de atención es la “mujer prohibida”. Ella es Nicole (Françoise Dorleac), una azafata seducida por un hombre mayor llamado Pierre Lachenay (Jean Desailly), un escritor casado que literalmente se vuelve loco por esta mujer. En las historias del director, por lo general existe un mujer fuerte que se enfrenta a un hombre de rasgos infantiles, y en el caso de esta cinta ella es Franca, la esposa de Pierre, la cual se encargará de castigar a Pierre por su adulterio. Sin embargo, dentro de la filmografía del director existen dos películas que llevan estos amores intensos hasta el extremo; “The Story of Adéle H.” (1975) y “The Woman Next Door”. La primera está basada en Adele, la hija de Victor Hugo, la cual viajó a Halifax en 1863, arrastrada por su obsesión con Albert, un oficial del ejército. Arrastrada por su locura, ella inventa un mundo ficticio, el cual alimenta con mentiras cada vez más grandes. El personaje de Adele comparte algunos rasgos autobiográficos del director. Lo mismo sucede con el protagonista de “The Woman Next Door”, donde Bernard y Mathilde son una ex-pareja que son reunidos por el destino como vecinos. La pasión los arrastra a una inevitable tragedia, ya que son incapaces de vivir separados aún sabiendo que su relación no les traerá más que dolor y miseria.

En “The Green Room” (1978) en cambio, Truffaut dejaría el amor y la pasión de lado para enfocarse a en la muerte, lo que lo ayudo en cierta manera de ordenar sus propios problemas y lograr la paz interior que buscó por tanto tiempo. En Agosto de 1983, Truffaut sintió como si “un petardo explotara en su cabeza”. En efecto él tenía un tumor maligno, un glioma cerebral. Desde este momento su vida se conduciría entre momentos donde prevalecia la fortaleza y la esperanza, a otros dominados por el dolor. El director pasaría sus últimos momentos rodeado por sus familia y amigos. El 21 de Octubre de 1984, François Truffaut dejaba este mundo a los 52 años de edad. Artistas como Truffaut son capaces de permanecer en la memoria de aquellos que disfrutan sus películas, como en la de aquellos que sin conocer su trabajo del todo, conocen el trasfondo de su obra. Y es que el gran mérito del director es que filmó una serie de historias las cuales adornó con un elemento secreto que permitió que nos conectáramos de mejor manera con su obra; este elemento es nada menos que su propia alma, la cual desnudó por completo en cada una de las entradas de su espléndida filmografía.





por Fantomas.

2 comentarios:

babel dijo...

Muy buen repaso a la filmografía y motivos de Truffaut, con algunos datos que desconocía. Te dejaste, creo, "la piel dura", de 1976, justamente es una película en la que recupera la figura del adolescente en "Los 400 golpes"" y a esa visión de escuela-carcel donde el chaval mira continuamente el reloj para ver cuanto tiempo queda de la tórrida clase, aunque mucho más Hitchcokiana (palabro!) que la primera. Estas dos y La habitacion verde, mis preferidas. Jules y Jim es... diferente.

Saludos!

Anónimo dijo...
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