martes, 20 de octubre de 2009

Peter Cushing: El gran caballero del cine fantástico.

Peter Wilton Cushing, nació el 26 de mayo de 1913 en Kenley, Surrey, y desde pequeño parecía estar destinado a convertirse en actor. Su abuelo habia sido miembro de la prestigiosa compañia teatral Sir Henry Irving Company, y su tio Wilton había sido actor y manager teatral. Aunque durante su educación escolar Cushing ingresaría a la grupo de arte dramático de su colegio, también muestra cierto interés es diversas actividades deportivas como el atletismo y el rugby. Sin embargo, tras sufrir numerosas lesiones, comenzaría a centrarse en el teatro. Era tal su compromiso con la actividad, que incluso después de dejar la escuela, siguió participando en las funciones que organizaba la compañia del establecimiento. En su búsqueda por convertirse en un actor profesional, Cushing se inscribe en la Guidhall School of Music and Drama, tras lo cual trabaja durante un breve periodo en la compañia del director Bill Fraser. Lamentablemente, la década del treinta resulto ser una época difícil para la escena teatral, debido a la llegada del cine sonoro. Como Cushing estaba consciente que Hollywood era el lugar perfecto para consolidar su carrera como actor, decide ir a probar suerte a los Estados Unidos.

En 1938, Cushing llega a Nueva York, para luego tomar rumbo a Los Ángeles. Lamentablemente, el actor no tardará en darse cuenta que en Hollywood poco sirve su experiencia en el teatro, y solo gracias a un pequeño engaño lograría entrar a la industria cinematográfica norteamericana. Cuando supo que el director James Whale estaba buscando a alguien para reemplazar a Louis Hayward en las escenas de esgrima de la cinta, “The Man in the Iron Mask” (1939), Cushing le aseguró que dominaba perfectamente el arte de la esgrima, cuando realmente no tenía la más remota idea de ello. La próxima película en la que trabajaría el actor sería, “A Chump at Oxford” (1940), la cual es protagonizada por Stan Laurel y Oliver Hardy. En dicho film, Cushing obtendría un pequeño papel que le daría la oportunidad de interactuar con la pareja protagónica. Dicho rol era el de un estudiante bromista, lo calzaba con la personalidad de Cushing, quien siempre gozó de un excelente sentido del humor. De hecho, según Barbara Shelley, el actor imitaba perfectamente a los personajes animados de la Warner Bros, especialmente a quien era su personaje favorito; el gato Silvestre.


El resto de su papeles en Hollywood serían en general roles secundarios, donde frecuentemente interpretaba a militares. Algunas de las cintas en las que participaría durante este periodo serían; “Vigil in the Night” (1940), “The Howards of Virginia” (1940), y “They Dare no Love” (1941), entre otras. La Segunda Guerra Mundial comenzaría mientras Cushing se encontraba en Hollywood, y Gran Bretaña necesitaba a todos sus hombres para combatir a los nazis. Sin embargo, debido a sus lesiones de juventud, Cushing sería dado de baja para el servicio activo. Aproblemado por la situación, decide regresar a Inglaterra para ayudar en lo posible a subsanar la situación que se vive en su país natal. La travesía de regreso no sería sencilla; su amigo Louis Hayward le costearía el viaje de regreso a Nueva York, lugar donde tendría que aceptar diversos trabajos para conseguir dinero para cruzar a Canadá y luego viajar a Inglaterra. Una vez en Canadá, Cushing consigue empleo como en el departamento de arte de la cinta, “The 49th Parallel” (1941).

Una vez conseguido el dinero, Cushing pagará un viaje en barco, el cual estará cargado de tensión debido a la presencia de submarinos alemanes repartidos por todo el Atlántico. De regreso en Inglaterra, se ofrece para trabajar en el departamento de drama del Entertainments National Service Association (ENSA), organismo que se encargaba de ofrecer diversos espectáculos tanto a los civiles como a los militares, los cuales les ayudaran a distraerse de los horrores de la guerra. Durante su participación en el ENSA, Cushing conoce a la actriz Helen Beck, quien también había permanecido un tiempo en Hollywood intentando consolidar su carrera actoral. La atracción fue inmediata, por lo que en 1943 contrajeron matrimonio con el ruido de los bombarderos como música de fondo. Hasta el final de la guerra, el matrimonió participaría en numerosas obras teatrales que intentaban aliviar a la sufrida sociedad inglesa.

Ya para 1945, Cushing comienza a encabezar algunas obras. El prestigio obtenido por el actor durante la guerra, comienza a llamar la atención de Laurence Olivier, quien le ofrecerá a Cushing un papel secundario en el film que él iba a dirigir; “Hamlet” (1948). Aunque la cinta tiene éxito, Cushing vuelve al teatro donde pasaría a formar parte de la compañia teatral de Olivier y su esposa Vivien Leigh. Sería a principios de los cincuenta, que Cushing retornaría a la pantalla grande, siempre interpretando pequeños roles en cintas como “Moulin Rouge” (1952), “The Black Knight” (1954), “The End of the Affair” (1955), “Alexander the Great” (1956), y “Magic Fire” (1955). Si bien el actor tendría más ofertas para participar en el cine, optaría por centrar su atención en el medio televisivo. Su primera aparición en la televisión sería en el telefilme, “When We Are Married” (1951). A esta le seguirían varias apariciones televisivas más, donde se destacaría su participación en la series “Pride and Prejudice” (1952), “Epitaph for a Spy” (1953), y “BBC Sunday-Night Theatre” (1951-57), donde en esta última participaría en un episodio que adaptaria la novela de George Orwell, “1984”, el cual convertiría a Cushing en una de las estrellas de la televisión británica.

Tras filmar “Time Without Pity” (1957), Cushing recibiría una oferta para interpretar al doctor Frankenstein en “The Curse of Frankenstein” (1957), una nueva adaptación de la novela de Mary Shelley, que iba a ser realizada por los estudios Hammer. Esta sería la primera colaboración del actor con la Hammer, la cual se extendería durante más de dos décadas. En este film además tendría la oportunidad de trabajar junto a Christopher Lee, con quien formaría una de las duplas más icónicas del cine fantástico. La verdad es que Cushing ya había coincidido con Lee en “Moulin Rouge” y “Hamlet”, aunque no habían compartido escena. Junto con esto, el actor entablaría una profunda amista con el director de la película, Terence Fisher. Gracias al enorme éxito de “The Curse of Frankenstein”, la popularidad de Cushing traspasó las barreras del Reino Unido. El actor interpretaría en cinco ocasiones más al Dr. Frankenstein, en las cintas; “The Revenge of Frankenstein” (1958), “The Evil of Frankenstein” (1964), “Frankenstein Created Woman” (1967), “Frankenstein Must Be Destroyed” (1969), y “Frankenstein and the Monster From Hell” (1974).

Otro de los personajes más recordados de Cushing sería el del Profesor Van Helsing, el cual encarnaría por primera vez en la cinta, “Dracula” (1958), y luego repetiría en “The Brides of Dracula” (1960), “Dracula A.D. 1972” (1972), “The Satanic Rites of Dracula” (1973), y en “The Legend of the 7 Golden Vampires” (1974). El tercer gran personaje de Cushing sería el de Sherlock Holmes, el cual interpretaría en “The Hound of Baskerville” (1959); en la serie de televisión, “Sherlock Holmes” (1968); y en el telefilme, “The Mask of Death” (1984). En esta última, Cushing compartiría pantalla con Sir John Mills, quien según confesó hace algunos años, fue él quien convenció al actor de participar en la producción cuyo único fin era rendir homenaje a la figura de Cushing.

Aunque evidentemente fueron estos tres personajes los grandes responsables de la fama de Cushing, el actor interpretó una gran variedad de papeles tanto dentro como fuera de la Hammer, durante las décadas del sesenta y el setenta. Luego de filmar “The Curse of Frankenstein”, el actor participaria en “The Abominable Snowman” (1957) y “The Mummy” (1959), las cuales también serían producidas por la casa del martillo. La década del sesenta comenzaría con la cinta de terror, “The Flesh and the Fiends” (1960), del director John Gilling, y con el thriller, “Suspect” (1960), de John y Roy Boulting. En general, durante la primera mitad de los sesenta, Cushing participarían en películas de diversos géneros, como las cintas de aventuras “Captain Clegg” (1962) y “Sword of Sherwood Forest” (1960); y los thrillers “Cash on Demand” (1961) y “The Man Who Finally Died” (1963), aunque seguiría teniendo cierta preferencia por las cintas de terror, donde destaca el clásico de la Hammer, “The Gorgon” (1964).

Durante la segunda mitad de los sesenta, Cushing comenzaría una fructífera relación laboral que duraría alrededor de una década, con el estudio que competiría con la Hammer; la humilde Amicus. De las diez películas que filmó para dicho estudio, las más destacables son “Dr. Terror´s House of Horrors” (1965), “The Skull” (1965), “Asylum” (1972), “From Beyond the Grave” (1973), y “The Beast Must Die” (1974). Además durante este periodo, el actor tendría la oportunidad de participar en una serie de películas de ciencia ficción, como por ejemplo: “Island of Terror” (1966), “Night of the Big Heat” (1967), “Dr Who and the Daleks” (1965), y “Daleks´Invasion Earth: 2150 A.D.” (1966), donde en las dos últimas interpretaría al ya mítico Dr. Who. La década del setenta comenzaría con la bizarra, “Scream and Scream Again” (1970), donde tendría la oportunidad de trabajar por primera vez junto a Vincent Price, con quien luego trabajaría en “Dr. Phibes Rises Again” (1972), “Madhouse” (1974), y en la mítica “House of the Long Shadows” (1983), donde además intervienen Christopher Lee y John Carradine, por lo que es considerada como una verdadera joya para los fanáticos de cine de terror.

Lamentablemente, en 1971 fallecería su esposa Helen Beck, con quien había estado casado desde 1943. Esto lo obligaría a dejar la producción de “Blood from the Mummy´s Tomb” (1971), y en cierta medida marcaría el comienzo del declive de la carrera del actor. Al año siguiente, Cushing declararía en una entrevista, “Desde que Helen falleció, no puedo encontrar nada; mi corazón, simplemente ha dejado de latir. El tiempo parece interminable, la soledad es prácticamente insoportable y la única cosa que me mantiene vivo, es el saber que algún día me reuniré con mi querida Helen. El reunirme con ella es mi única ambición. Tu tienes permiso para publicar eso....sabes, la verdad es que solo estoy matando el tiempo. Por favor publica eso”. Fue tal el impacto que provocó la muerte de Helen Beck en la vida del actor, que incluso intentó suicidarse la misma noche que supo la noticia, corriendo por las escaleras para así inducirse un infarto cardíaco.


Durante gran parte de la década de los setenta, Cushing se dedicaría a trabajar en cintas de bajo presupuesto que no causaron un gran impacto en las audiencias de la época. Sus cintas más recordadas durante ese periodo serían; “The Vampire Lovers” (1970), “Twins of Evil” (1971), y “Pánico en el Transiberiano” (1972). Sin embargo, la participación que más trascendería en el tiempo, sería la que Cushing tendría en el film de George Lucas, “Star Wars Episode IV: A New Hope” (1977). En dicha cinta interpretaría al siniestro Moff Tarkin, aunque en un principio había sido considerado para interpretar a Obi-Wan Kenobi. Durante la última etapa de su carrera, Cushing participó en una serie de películas mediocres como “At The Earth´s Core” (1976) y “Misterio en la Isla de los Monstruos” (1980), donde de todas formas siempre dió lo mejor de sí mismo. Según el actor, el secreto de sus interpretaciones obedecía a un planteamiento bastante sencillo: "Yo creo en los personajes que represento y en los extraños y extraordinarios líos que organizan". Sin ser un gran aficionado al género fantástico, siempre se sintió orgulloso de todas las películas del género en las que intervino, debido a que estaba consciente de que su popularidad se debía precisamente a esas películas. De hecho, el actor solía decir: "¿Quién quiere verme como Hamlet? Muy pocos. Pero millones de personas quieren verme como el Barón Frankenstein, entonces ese es el que hago".

Además de la muerte de su mujer, el cierre de la Hammer, su segunda casa según declaraciones propias, y la muerte de su amigo Terence Fisher en 1980, supuso un duro golpe para el actor, el cual se retiraría definitivamente de la pantalla grande en 1985 con la mediocre, "Biggles". Durante los ochenta, Cushing fue reduciendo su trabajo como actor, tras serle diagnosticado un cáncer, aunque aprovechó su retiro para escribir una autobiografía de dos volúmenes (uno de ellos relata sus días en la Hammer), recaudar fondos para la investigación sobre la enfermedad que padecía, y disfrutar con la lectura, la observación de pájaros y la pintura. En este último aspecto cabe destacar la publicación en los años noventa de los libros, "Peter Cushing's Tudor Tea Room Profiles", que es una recopilación de caricaturas dibujadas por el actor, y "The Bois Saga", un cuento de fantasía escrito e ilustrado por él. En 1988, la Reina Isabel II le otorgó la Órden del Imperio Británico "por su contribución al entretenimiento internacional", galardón del que siempre se mostró muy orgulloso.

Pero el mejor premio para Cushing eran las numerosas cartas que seguía recibiendo por parte de los aficionados, muchas de las cuales se las enviaban sin dirección, pero que debido a su popularidad, el servicio de correos británico sabía donde remitirlas. Esto lo relataba el actor en un documental que Kevin Francis, hijo de Freddie Francis, rodó en homenaje a su amigo. Es este documental el mejor testamento que nos dejó Peter Cushing, quien se muestra ante todo como un caballero, y en el cual nos contaba que tan sólo le quedaba un sueño por cumplir, volver a reunirse con su mujer Helen y su buen amigo Terry Fisher. Sueño que vio cumplido por fin el 11 agosto de 1994, cuando Peter Cushing falleció víctima del cancer en Canterbury, dejándonos para el recuerdo algunas de las mejores interpretaciones del cine fantástico. Como dijo George Lucas: “Creo que será recordado con cariño durante los próximos 350 años, como mínimo”, afirmación con la que no puedo estar más de acuerdo.








por Fantomas.

3 comentarios:

Crowley dijo...

Todo un caballero del cine y un profesional ejemplar. Un ídolo de mi adolescencia (raro que es uno, que le vamos a hacer).
He disfrutado mucho con este post.
Saludos

Quimérico Inquilino dijo...

Pues curiosamente coincido con Crowley en que Cushing fue el ídolo de mi adolescencia y uno de los culpables de que me dedique a este noble arte.

Gran artículo que además ha logrado conmoverme merced a algunas declaraciones de este caballero y gran profesional. Lástima no saber inglés para disfrutar de la entrevista...

Gracias por este homenaje.

Dargent dijo...

Desde siempre me ha gustado peter cushing (hasta el punto de cabrearme incluso cuando hablando de cine algún descerebrado no sabe quien es)
Pero no se porque (o puede que sea algo subconsciente, ya que se parece bastante a mi propio padre y murió de lo mismo que él) es verlo y me da por llorar como una tonta

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