Los origenes de las cintas slasher han sido vastamente discutidos. El supuesto concenso general es que “Psycho” (1960), de Alfred Hitchcock, sería la encargada de crear las bases del subgénero; centra la trama en torno a un asesino trastornado, especifíca la forma en como este se comporta alrededor de su presa, y finalmente el señala el modus operandi del crimen, en donde el asesino apuñala (de ahí lo de slasher) a su víctima hasta la muerte. También se ha hablado de la influencia que pudo haber ejercido el giallo italiano sobre el nacimiento del slasher. El giallo nacería en el año 1963 de la mano del film, “La muchacha que sabia demasiado” del director Mario Bava, y sería perfeccionado por Dario Argento en, “El pájaro con las plumas de cristal” (1969). Aunque ambos subgéneros presentan similitudes, también presentan un buen número de diferencias que ayudan a distinguir entre un giallo y un slasher; Es correcto mencionar que los giallos presentan tramas en las que una persona común y corriente se ve involucrado en un crimen, el cual terminará investigando. El slasher por su parte, nos presenta a una protagonista que hará todo lo posible por escapar del asesino. Otra diferencia clara es que mientras que el giallo nos presenta potenciales sospechosos que bien podrían transformarse en víctimas, el slasher tan solo nos presenta un grupo de potenciales víctimas del asesino de turno. Obviamente existen más diferencias, pero estas dos resultan esenciales a la hora de distinguir entre un subgénero y el otro.
De todas maneras hay gente que suele incluir a algunos giallos dentro del subgénero del slasher. Mientras la factoría de giallos siguió su curso, en los Estados Unidos se continuaba explotando el estilo impuesto por “Psycho”. Antes de la salida de la cinta que daría el puntapié inicial a la moda del slasher, el género del horror se nutriría de obras que influenciarían la estética sombría tan propia del subgénero del slasher. Cintas como “The Last House on the Left” (1972) y “The Hills Have Eyes” (1977), ambas del director Wes Craven; “The Texas Chainsaw Massacre” (1974), de Tobe Hooper; “Black Christmas” (1974), de Bob Clark (film que es considerado por muchos como el primer slasher), y “Bay of Blood” (1971), de Mario Bava, son buenos ejemplos de las producciones que cimentaron el camino que llevaría a la formación del slasher como un subgénero con identidad propia. En las películas mencionadas reina la violencia y la desesperanza, donde las víctimas están a merced de los asesinos, atrapados en un juego del gato y el ratón.
En octubre de 1978, John Carpenter estrenaría el fruto de las múltiples influencias adquiridas durante años; “Halloween”, una cinta filmada con tan solo $300.000 dólares, reventaría las taquillas y de paso, reescribiría los parámetros de la fórmula del slasher, dando como resultado el nacimiento del subgénero tal como lo conocemos. Los fans del cine de terror adoraron la combinación del icónico psicópata Michael Myers, con la inclusión de escenas de sexo, mientras que los críticos alabaron el trabajo de Carpenter por lo innovador y espeluznante que este resultaba. “Halloween” establecería la dualidad sexo/muerte, y las convenciones de la chica como último sobreviviente. El éxito de la cinta de Carpenter gatillaría una oleada de imitaciones las cuales resultarían ser bastantes disparares en términos de calidad.
Los slashers se transformarían en cintas sumamente rentables durante la década de los ochenta. Más aún con la salida de cintas como “Friday the 13th” (1980), del director Sean S. Cunningham, y sus respectivas secuelas que nos presentarían a otros de los asesinos icónicos del subgénero, el prácticamente inmortal Jason Voorhees, con su ya conocida máscara de hockey. El director Wes Craven también adoptaría esta nueva tendencia, y con su cinta “Nightmare on Elm Street” (1984), nos entregaría a otros de los asesinos más reconocidos del slasher, el espectral Freddy Krueger. Al igual que “Halloween” y “Friday the 13th”, la cinta de Craven muestra como protagonista absoluto al asesino, convirtiéndolo en una especie de antihéroe, en un personaje aún más importante que sus víctimas. Otro punto en común que tienen las tres producciones, clásicos absolutos del género del horror, es que gatillaron una serie de secuelas que por lo general, demostraban una baja considerable en su calidad argumental, algo bastante común en aquellas sagas que por lo menos lograron cinco entradas.
¿Pero cuales son las características esenciales de un slasher? Si desglosamos los tres elementos claves de estas producciones, es más fácil darnos cuentas cuales son las reglas básicas del subgénero:
1. El Asesino: Suele ser un hombre, el cual por lo general se oculta tras una máscara o un disfraz, aún cuando sus víctimas y las autoridades conozcan su identidad. Además, habitualmente son personajes silenciosos y prácticamente indestructibles, verdaderos monstruos salidos de las más espantosas pesadillas. Por último, su historia pasada suele estar marcada por algún trauma en la niñez, hecho que terminó convirtiéndolo en un homicida. Dicho rasgo se utiliza para intentar crear un nivel de simpatía con el espectador, reforzando la idea de que los asesinos son las verdaderas estrellas del espectáculo.
2. La Víctima: En los slashers las víctimas sueles ser jóvenes, atractivos, y guiados por sus hormonas. Lo usual es que sean estudiantes en el último año de colegio, o universitarios proclives a la diversión desenfrenada. Aunque rara vez son asesinados por sus actos, si existe una especie de código moral en el subgénero que tiende a castigar el mal comportamiento de estos jóvenes.
3. La Violencia: El elemento que separa a los slashers de los thrillers es su nivel de violencia. La razón principal por la que difícilmente uno puede encontrar un slasher con alguna profundidad dramática, es porque la idea del subgénero es centrarse en la violencia y no precisamente en la trama. Las muertes son violentas y gráficas, y con los años comenzaron a ser cada vez más imaginativas.
Existen otras convenciones propias de los slashers. A diferencia de los giallos, los slashers presentan un tiempo dramático más corto. Mientras que en los giallos la acción se desarrollaba durante semanas o días, en los slashers los sucesos suelen desarrollarse en cosa de horas o en una fecha específica. Además de “Halloween”, son numerosas las cintas que acontencen en una fecha particular: “My Bloody Valentine” (1981), “April Fool´s Day” (1986), “Prom Night”(1980), “Mother´s Day” (1980), y “Silent Night, Deadly Night” (1984), entre otras. La característica que comparten ambos subgéneros, es la utilización del punto de vista de asesino, el que obviamente ayuda a crear una atmósfera de constante peligro. También suele ocurrir que muchos de los slashers suelen ocurrir en escenarios habitualmente poblados de jóvenes, como campus universitarios, campamentos, calles de pequeños pueblos o fiestas de fraternidad, todo esto con el fin de lograr que el público objetivo de este tipo de cintas logrará identificarse con las víctimas. Finalmente está la convención ya mencionada de presentar a una mujer como la única sobreviviente de los hechos, la cual por lo general logra vencer al imparable asesino, transformando la tragedia en un hecho casi catártico.
Aunque con los años se intentó revitalizar el subgénero integrando nuevos elementos a la fórmula, como por ejemplo el realismo de la cinta de John McNaughton, “Henry Portrait of a Serial Killer” (1986); la combinación tensiones raciales y leyendas urbanas del film, “Candyman” (1992); o incluso el elemento sobrenatural presente en “Child´s Play” (1988), estos no fueron suficientes para detener la inminente caída de un subgénero carente de nuevas ideas. Pese a la inmesa rentabilidad que tuvieron estas producciones a principios de los ochenta, dada en gran medida por el escaso presupuesto que se necesitaba para llevar a cabo una cinta de este tipo, hecho que impulsó a un gran número de directores mediocres a filmar su visión de los que debía ser el subgénero, fue el agotamiento de las historias, lo rutinario de la violencia, y lo predecible que estas cintas comenzarón a ser, lo que finalmente sepultó la mina de oro.
A medidados de los noventa, con el estreno de “Scream” (1996), del director Wes Craven, el slasher renació brevemente con nuevos códigos. Pese a que la historia de Craven utilizaba la misma base del slasher clásico, solo que en esta ocasión, la gran interrogante de la trama era la identidad del asesino. El éxito de “Scream” (film que tendría dos secuelas), ayudo a que por un corto periodo de tiempo, volvería la fiebre por las cintas slasher, de las cuales algunas adoptarían el modelo aplicado en la cinta de Craven, lo que sucede en “Urban Legend” (1998) y sus secuelas; otras retornarían al modelo clásico, como por ejemplo “I Know What You Did Last Summer” (1997); mientras que un tercer grupo se dedicaría a revivir glorias pasadas, ya sea en la forma de remakes o sumando una nueva entrada a las sagas clásicas, como por ejemplo “Halloween H2O” (1998), “Jason X” (2001), o el funesto remake de “Psycho” (1998), de Gus Van Sant, entre otras.
Este breve resurgimiento del slasher terminó aportando en su mayoría un gran número de cintas completamente olvidables, lo que ayudo a que el público rápidamente le diera la espalda al subgénero. Ya a mediados del 2000, el subgénero derivó en la forma de cintas como “Saw” (2004) o “Hostel” (2005), dando nuevo brios al cine de horror. En el último tiempo, con los estrenos de remakes como “Friday the 13th” (2009), “My Bloody Valentine” (2009), “Halloween” (2007), y el inminente remake de “Nightmare on Elm Street”, entre muchas otras, es complejo augurar que es lo que va a suceder en un futuro con el slasher. El subgénero se las ha arreglado para sobrevivir por treinta años en las carteleras, lo que parece evidenciar la fascinación de parte de nuestra sociedad con los omnipotentes y aterrorizantes asesinos ocultos en la oscuridad.
3 comentarios:
- Excelente articulo, el slasher es un sub-genero poco querido por los criticos, y del cual es cierto no se salvan muchas peliculas, pero para nosotros son lo suficientemente buenas. Estoy de acuerdo en que las películas precursoras del slasher, estan Psyco, en la que se dice que Carpenter alargó la escena de la ducha en hora y media con su Halloween; también Bay of Blood fue la antecesora de Friday the 13th y de los asesinatos con diferentes tipos de herramientas, y por supuetso Black Christmas, precursora de películas en hermandades.
Yo no miro a Henry como un slasher, en mi opinion el que intentó revitalizar el género y lo logró fue Craven con una variación original. En los ultimos tiempos, quizas esta el documental falso de Behind the Mask...
Felicitaciones por un excelente articulo!!
saludos
Muy completo informe sobre un sub-género que tanto aprecio. Muy buenas las comparaciones con el giallo, por fin tengo el asunto de su afinidad más claro. Definitivamente, los ochentas fueron la década más productiva, pero los años 70´s tienen a las mejores obras. Los noventas fueron un ir sin rumbo fijo o novedoso. Hoy en dia las llamadas peliculas de sobrevivencia (survival) estan resultando muy interesantes. Saludos¡¡¡
Bastante interesante artìculo Fantomas, lo malo es que es realmente complejo y ahondando mas en el gènero encontramos demasiada informaciòn.
Por ejemplo, las similitudes con el giallo no son gratuitas, las bases quizà sean las de los thrillers de los sesenta, o hasta el cine negro de asesinos, para luego dar pie a un cine mas directo, muy acertado el enfoque a la duraciòn de la trama, uno de los grandes rasgos del gènerom, al igual de la "heroina" histèrica, por cierto.
De todas formas te faltò el apunte de "la infancia tràgica del asesino", que se comparte con los esquemas del giallo. Aparte hay tantas cintas en los primeros setenta que mezclan ya rasgos del futuro slasher que es francamente dificl citar el origen, siempre creì que fuè un cùmulo de homenajes e inspiraciones.
Aparte separarìa las cintas de asesinos en serie, La ultima casa a la izquierda o Henry no me parecen Slashers, serìa otro tèrmino el que los identificarìa, KILLERS.. Aunque todo esto entra ya en terminos de historia cinematogràfica y casi cada cual tenemos nuestra propia opinion.
Un saludo Fantomas¡¡
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